Las comunidades ubicadas en el sureste mexiquense afectadas por el temblor del pasado martes comenzaron a recibir este jueves ayuda humanitaria, que les hicieron llegar miles de personas que se trasladaron por su cuenta a Joquicingo, Ocuilan y Tenancingo.

Durante casi todo el día, caravanas de autos con jóvenes y adultos arribaron a estos municipios para entregar víveres a los damnificados. La ayuda se volcó a los albergues instalados por las autoridades locales, que se vieron rebasadas por la enorme cantidad de personas que se presentaron para auxiliar a aquellos que lo perdieron todo.

El Ejército también hizo su aparición en estos municipios a 48 horas del temblor. Soldados se sumaron ayer a la remoción de escombros y pusieron orden en los albergues, donde las autoridades municipales no tenían certeza de la cantidad de personas atendidas en ellos, ni del número de damnificados.

Algunos optaron por formar paquetes de víveres en bolsas para entregarlos a los afectados casa por casa. Decenas de jóvenes se sumaron a la remoción de escombros. Con picos, palas y sus propias manos ayudaron a remover techos y bardas caídas; incluso, algunos se arriesgaron a sacar pertenencias en casas en muy mal estado.

A partir del jueves, el gobierno del estado desplegó cuadrillas con personal del Instituto Mexiquense de la Vivienda Social para hacer un barrido casa por casa y levantar un censo preciso de afectaciones.

El gobernador Alfredo del Mazo Maza visitó Ocuilan y Malinalco, aunque evitó ingresar a las calles de mayor devastación, lo que generó el descontento de afectados. Pero qué tal a la hora de pedir el voto, se metía a todos lados, dijo una señora que lo esperaba en el barrio de San Martín.

En el centro de Malinalco y Ocuilan la gente le suplicó apoyo para la reconstrucción de sus viviendas, a lo que el gobernador respondió que primero se levantaría el censo y luego se diseñaría un plan de reconstrucción por municipio.

El mandatario informó que de manera preliminar se tienen detectadas, en todo el estado de México, 800 casas que quedaron inhabitables; otras mil 500 con daños menores, que podrían ser rehabilitadas y unas 46 iglesias que deberán ser demolidas.

Informó que en una primera revisión se han detectado 600 escuelas con daños diversos y en los próximos días se tendrá mayor precisión de cuántas deberán ser derribadas para ser reconstruidas.

En Texcoco, estado de México, alumnos de la Universidad Autónoma Chapingo cerraron las instalaciones de su escuela para exigir un peritaje a la estructura de los edificios, ante el anun-cio del rector de que este jueves se reanudaban clases.