Atlautla, Mex.

Aquí en Atlautla, situado a 80 kilómetros de la Ciudad de México, se perdió mucho, pero todos se salvaron. Según sus pobladores, no han recibido ayuda desde el pasado martes, cuando el sismo de 7.1 grados dejó más de 400 viviendas inservibles. Resultaron ilesos, porque –refieren– aquel día se encontraban en el tianguis más importante de la región, donde se venden verduras, animales y yerbas para curación.

Rocío González Carmona habitaba desde hace 25 años su casa de adobe asentada en la calle Dolores del barrio San Martín, en la delegación de San Juan Tepecoculco. Ella y sus hijos se encontraban en el municipio de Ozumba cuando se registró el terremoto. El techo de lámina, las trabes y los muros de adobe de nuestra vivienda se vinieron abajo sobre nuestras pertenencias. Quedamos en total desamparo, al igual que otras familias. Nuestra casa quedó inhabitable, lamenta.

Gerardo Amaro, vecino de la calle Independencia, perdió todo su patrimonio. Sus tres hijos y su esposa se quedaron en la calle. Acepta que corrieron con suerte porque ellos vendían productos del campo en Ozumba cuando el sismo derribó la mayoría de los muros y los techos de su casa.

En el barrio San Juan, también en Atlautla, la parroquia de San Juan Evangelista quedó en ruinas, al igual que otras viviendas. Sus moradores duermen en vehículos o en casas de campaña, porque el albergue más cercano está a unos 35 minutos de distancia por carretera.

Guillermo Barrientos, otro de los vecinos de San Juan Tepe-coculco y cuya su casa quedó fracturada e inahabitable, supli-có a las autoridades de los tres niveles de gobierno que volteen a ver a Atlautla. Dormimos en nuestras camionetas viejas, porque no queremos ir a los albergues, señaló.

Las afectaciones, también se registraron en diversas comunidades de Ozumba, situado a 15 kilómetros del volcán Popocatépetl. En la comunidad de San Vicente Chimalhuacán, el templo de San Vicente, una edificación del siglo XVI, fue cerrado por daños estructurales.

Los pobladores de Ecatzingo se quejaron que dos días después del sismo apenas llegara la ayuda humanitaria, a pesar de que más de 600 casas resultaron dañadas, las cuales representan 80 por ciento en esta localidad. Además, 15 de 17 escuelas tienen daños estructurales, 95 por ciento.

Miriam Pérez Barragán vecina del barrio San José de Ecatzingo solicitó: Necesitamos herramientas porque viene la lluvia y hay que ayudar. A mí me da tristeza que en los medios no mencionen a Ecatzingo y es uno de los más olvidados.