A pesar de que cumplen un papel fundamental en la protección de los sectores más vulnerables y en la construcción de una sociedad más democrática, los defensores de derechos humanos siguen siendo blanco de campañas de desprestigio, intimidaciones y asesinatos, en un clima de impunidad que alimenta este fenómeno de violencia.

La anterior fue una de las principales conclusiones a las que llegaron el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, y activistas de organizaciones civiles, quienes participaron en el lanzamiento de una campaña para concientizar a la población sobre este tema.

Michael Chamberlin, coordinador del Centro de Derechos Humanos Fray Juan de Larios, destacó que los defensores se han convertido en la voz de los colectivos más desprotegidos y su labor ha incomodado a grupos de poder, por lo que en años recientes al menos 17 de ellos hayan sido asesinados.

Según estudios de organizaciones no gubernamentales, por lo menos 63 activistas que participan en la defensa del territorio y el ambiente han sido agredidos, en un entorno donde el Estado se niega a reconocer su labor y parece tener una actitud permisiva ante los crímenes.

Rocío Culebro, directora del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, coincidió en que los defensores suelen ser vistos por muchas autoridades como una lata, por lo que son víctimas de intimidaciones y ataques, alimentados por la falta de castigo a los perpetradores.

En ese contexto, recordó que la CNDH emitió en marzo de 2016 la recomendación general 25, en la que llamaba a los gobiernos federal y estatatales a hacer lo necesario para proteger a los activistas de derechos humanos, lo cual han incumplido las autoridades.