La división ‘‘más profunda’’ en México proviene de quienes viven ‘‘en un país moderno, con altos niveles de vida’’, y en el otro extremo una nación de ‘‘pobreza y marginación’’, admitió el presidente Enrique Peña Nieto en un video difundido anoche.

Y estableció también: ‘‘Vivir en pobreza significa no sólo tener un ingreso insuficiente, sino tampoco poder ejercer derechos fundamentales como educación, salud, seguridad social, vivienda digna o alimentación adecuada’’.

Diez días antes de entregar al Congreso su quinto Informe de gobierno, el presidente Peña desplegó en redes sociales algunos datos sobre los avances que, asegura, ha tenido su administración para combatir la pobreza:

Entre 1990 y 2015, disminuyó en un tercio el porcentaje de personas sin educación básica, se duplicó el acceso a servicios de salud, se redujo a una quinta parte de la población el número de personas que vivían en casas con piso de tierra o sin drenaje, y a una sexta parte los que habitaban viviendas con techos precarios.

De acuerdo con Peña Nieto, en México 99 de cada cien personas ya dispone de servicio eléctrico. ‘‘En esta administración, la estrategia nacional de inclusión está ampliando aún más rápidamente el ejercicio de los derechos sociales y se han creado casi 3 millones de empleos, que es la mejor manera de combatir la pobreza’’, añadió.

Gracias a esos esfuerzos, las carencias sociales en México ‘‘están en su menor nivel en nuestra historia y siguen disminuyendo’’.

Más allá de cifras, son historias de bienestar y de esperanza –apuntó– para millones de mexicanos, y felicitó a quienes, a 25 años de la creación de la Secretaría de Desarrollo Social trabajan para hacer de México ‘‘un país más justo e incluyente’’.