Agentes matan al atacante; yihadistas reivindican la agresión
Domingo 20 de agosto de 2017, p. 25
Moscú.
Sin aparente motivo que se sepa, un individuo, por su apellido originario del Cáucaso del norte –armado con un cuchillo y una imitación de bomba adherida al cuerpo–, atacó ayer, de manera aleatoria, a siete personas en el centro de la ciudad de Surgut, región petrolera de Yugra, nuevo nombre de la región autónoma de Janti Mansy, Siberia, hasta caer abatido por la policía.
El estado de cuatro heridos hospitalizados es grave, el de uno se considera delicado y el de dos, tras recibir tratamiento médico, no representa peligro y ya fueron dados de alta, informó un vocero del departamento de salud de esa región siberiana.
Para evitar pánico, al principio la policía restó importancia a la posibilidad de que se tratara de un atentado yihadista y difundió el rumor de que podría ser obra de un desequilibrado. La policía, se subrayó, abrió fuego contra el atacante, después de que éste se negó a rendirse y trató de huir.
Las autoridades –apoyándose en la investigación preliminar del Comité de Instrucción de Rusia (CIR), dependencia federal a cargo de esclarecer este tipo de crímenes– identificaron al atacante como Bobichel Abdurajmanov, habitante de la ciudad de Surgut, de 23 años de edad, quien no figuraba en los registros oficiales de enfermos mentales.
Todo está controlado, guarden la calma y no teman nada
, pidió por radio y televisión a los 370 mil habitantes de Surgut el alcalde de la ciudad, Vadim Shuvalov, cuando el cuerpo del atacante, cubierto con una sábana, aún estaba tendido en la céntrica calle Bazhov.
Poco tiempo pasó hasta que el llamado Estado Islámico reivindicó el atentado en una página web en árabe, sin aportar ningún tipo de detalles, al grado que un portal noticioso cercano al Kremlin sembró más dudas al atribuir el ataque a un sujeto no mencionado por el CIR: Artur Gadzhiyev, de 19 años, también norcaucasiano, por el origen de su apellido, cuyo padre, nacido en Daguestán, es buscado como militante de una célula islamita radical.
Es difícil saber qué pasó hoy en realidad en Surgut, mientras algunos medios de comunicación que no tienen la obligación de ceñirse a la escueta versión oficial, citando a supuestos testigos, hablan de dos atacantes, y algunos hasta de tres, que habrían arremetido contra los transeúntes con cuchillos y armas de fuego.
Sea como fuere, el ataque de la ciudad siberiana guarda similitud con las agresiones de un hombre armado con cuchillo que esta misma semana tuvieron lugar en Turku, Finlandia, y Hamburgo, Alemania.
Y si no resulta parte de un mismo plan, podría concluirse que las sangrientas acciones que llevan a cabo los grupos islamitas más radicales, como sus recientes ataques en Barcelona y los que pensaban cometer en otras partes de Cataluña, empiezan a tener espontáneos seguidores hasta en Siberia.