En América Latina y el Caribe no se hace lo suficiente en términos de políticas y programas para promover y apoyar la participación de hombres como padres y cuidadores, concluyó un estudio realizado en la región con el fin de conocer el estado de la paternidad en esos países.

Aunque las mujeres han realizado grandes avances en su incorporación al mercado laboral, con tasas de participación que se han incrementado en más del doble desde la década de 1960, el avance ha sido insuficiente para cerrar la brecha con los hombres y no ha habido un cambio tan significativo en la organización del trabajo en el hogar, pues el cuidado de los niños, de los ancianos y de las personas con discapacidad todavía recae mayoritariamente en las mujeres, refiere la investigación.

Las mujeres de Costa Rica y Guatemala reportan que se ocupan cinco veces más que los hombres de los cuidados y el trabajo doméstico no remunerado. En Uruguay ellas destinan 33 horas por semana a esta labor, y los varones sólo 11 horas. En México dedican 39 horas por semana, contra ocho de ellos.

Las mujeres tienen más horas laborales que los hombres cuando se combinan las tareas domésticas y el trabajo remunerado. No obstante, otros estudios retomados para este trabajo señalan que actualmente muchos papás declaran su deseo de desempeñar el trabajo de cuidado no remunerado en el hogar e involucrarse más en la vida de sus hijos. La encuesta Images levantada en Chile, México y Brasil mostró que a dos de cada tres padres les gustaría trabajar menos para dedicar más tiempo a sus hijos.

El informe El estado de la paternidad: América Latina y el Caribe, realizado por la Federación Internacional de Planificación de la Familia de la Región Hemisferio Occidental, Masculinidades y Equidad de Género y Promundo, entre otras organizaciones, indica que es creciente la evidencia de que un padre involucrado impacta positivamente en el desarrollo de sus hijos en diversas áreas; la corresponsabilidad en los cuidados y en las tareas domésticas es clave para la igualdad de género. La paternidad es también un ámbito de bienestar y sentido de vida para los hombres, así como una puerta para abordar el cuidado de su salud y la prevención de la violencia.

Sin embargo, algunos obstáculos para lograr este cambio son la falta de políticas, como licencias de paternidad para que los hombres dediquen tiempo al cuidado de hijos pequeños y permisos laborales para atender a los menores en momentos importantes como enfermedad o asistir a controles de salud o actos educativos.