El misterio de las niñas desaparecidas, de Berta Hiriart, en el teatro Benito Juárez
Necesitan historias que los ayuden a asimilar lo que está ocurriendo
, sostiene la directora
Lunes 29 de mayo de 2017, p. a11
Para la compañía teatral Los Cantores del Confín resulta muy importante no esconder a los niños y niñas la compleja y dolorosa realidad que impera hoy en México. Sin embargo, es muy cuidadosa en sus maneras de hacerlo, ajenas de toda crudeza y agresividad.
Así lo demuestra en la obra El misterio de las niñas desaparecidas, de la cual comenzó temporada este fin de semana en el teatro Benito Juárez (Villalongín 15, colonia Cuauhtémoc, cerca del Metrobús Reforma), donde se mantendrá hasta el 25 de junio, con funciones los sábados y domingos, a las 13 horas.
Coproducida con La Titería, la agrupación ofrece una propuesta basada en la música, el canto, el baile, la actuación y el manejo de títeres para explicar a los pequeños, de forma sutil y lúdica, los problemas que acontecen en el país, como la violencia y las desapariciones de niñas, mujeres y jóvenes.
Escrita y dirigida por Berta Hiriat, la obra se enfoca en particular a explorar un ángulo de la violencia actual contra las mujeres, a partir de la historia de un grupo de niñas y jovencitas de un pueblo que desaparecen inexplicablemente y que más adelante se sabrá que fueron secuestradas por un gobernante para explotarlas en una maquiladora de costura.
La historia es narrada a manera de cuento de hadas por un grupo de tres juglares que a su vez se transforman en los personajes cuyas peripecias y aventuras refieren, con el apoyo de títeres, marionetas, mojigangas y sombras chinas.
Con escenografía de Edyta Rewuska y música original de Marco Loredo, el montaje pretende, a través de una experiencia teatral, generar conciencia del fenómeno de las desapariciones forzadas en México, que cada vez son más frecuentes, sin importar si son mujeres u hombres.
La gente debe tener apertura para escuchar y discutir estos temas, apuntó el productor Juan Carlos SaavedraFoto Guillermo Sologuren
De acuerdo con Berta Hiriat, hay quienes piensan que estos temas no deberían ser llevados al teatro para niños, pero los pequeños están inmersos en la misma realidad social que sus mayores y tienen miedo.
Necesitan historias que traten los problemas, que los ayuden a asimilar lo que está ocurriendo y los inviten a tener esperanza
, ha dicho la creadora escénica, cuyo quehacer se ha distinguido por tratar temáticas de corte social.
Durante la temporada previa de la obra, la producción recibió peticiones de padres para cambiar el nombre de la misma, pues piensan que la violencia que vive el país es demasiada para llevar a sus hijos a una puesta en escena donde se aborda dicha temática.
No debemos callarnos
Cambiar el nombre es ocultar la realidad actual. No debemos callarnos, sino alzar la voz. Los papás deben explicar el problema a sus hijos, y si podemos contarlo con este espectáculo, es mejor. La gente debe tener apertura para ver, escuchar y discutir estos temas que ofrece el teatro
, dijo el productor, Juan Carlos Saavedra.
No obstante la complejidad del tema que aborda El misterio de las niñas desaparecidas no está cerrada a la imaginación ni la diversión, con personajes y situaciones entre caricaturescos y chuscos, los cuales provocan la risa y el azoro entre el público infantil.
La legalidad, la solidaridad, la censura contra los gobernantes corruptos y el triunfo del bien sobre el mal son algunos de los aspectos que se deslizan de forma sutil a lo largo de los 45 minutos de duración del montaje, protagonizado por los actores María Carmen Félix, Benjamín Martínez y Alberto Cerz.