El secretario de Gobierno de Morelos, Matías Quiroz Medina, rechazó ayer que haya una campaña de persecución o linchamiento contra el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro.

Ante reporteros en la Ciudad de México, calificó de graves, falsas y tendenciosas las acusaciones del religioso, quien asegura ser perseguido por las autoridades del estado y les imputa diversos ilícitos, entre ellos el cobro de dinero por la asignación de obras públicas.

 Agregó que quien acusa tiene la obligación de probar, pues de lo contrario se genera impunidad y corrupción.

Luego de asegurar que en Morelos se garantiza el estado de derecho, el respeto a las instituciones y la libertad de culto, expuso que no hay un enfrentamiento entre la Iglesia católica y el gobierno estatal, sino una agenda del prelado contra la administración pública de la entidad.

Quiroz Medina dijo que su gobierno está contra los moches y la mentira, y no es omiso ni cómplice de dichas prácticas.

El funcionario se refirió también al hecho de que una llanta del automóvil del obispo fue cortada con una navaja, y preguntó por qué el clérigo no denunció el incidente, pues ello fomenta la impunidad.

En un hotel de Paseo de la Reforma, el secretario de Gobierno aseveró que Castro ha sido señalado por pretender adueñarse de los recursos millonarios de la Feria de Tepalcingo, situación que fue denunciada por los mayordomos de la festividad.

También destacó que, según diversas publicaciones, el obispo de Cuernavaca construyó en Campeche una casa valuada en 10 millones de pesos y en la capital morelense una cancha de tenis de 2 millones.

El obispo no vive de acuerdo con la austeridad que promueve el papa Francisco, expuso Quiroz Medina.

Desde hace varios meses, el gobernador Graco Ramírez se ha confrontado con diversos sectores de la sociedad morelense, incluida la Iglesia, debido a la inseguridad que priva en la entidad y a una serie de irregularidades en la administración estatal.