Sociedad y Justicia
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Pequeños conflictos salpican el globo

Traficantes de armas tienen al mundo en guerra, dice el Papa
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El Papa reconoció en una entrevista haber tenido momentos oscuros durante su vida espiritualFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 9 de marzo de 2017, p. 39

Roma.

El papa Francisco señaló que el mundo transita un estado de guerra general sostenido por redes de traficantes de armas, según un adelanto de una entrevista que publica hoy el diario alemán Die Zeit.

El mundo entero está en guerra, con pequeños conflictos bélicos salpicando en paralelo distintos puntos del globo. Por eso hablo de una Tercera Guerra Mundial, dijo. Esta es una guerra llevada adelante con armas modernas. Hay toda una red de fabricantes de armas que la mantienen activa, añadió.

El jefe de la Iglesia católica también se refirió a la falta de vocaciones sacerdotales dentro de la institución y enfatizó la necesidad de buscar soluciones al respecto. Este es un problema que la Iglesia tiene que solucionar. Falta trabajar con los jóvenes que buscan orientación. Falta el servicio a los otros, señaló y aseguró que el celibato voluntario no sería una solución válida.

El Papa consideró que los jóvenes son los grandes perdedores de la sociedad moderna. A modo de ejemplo, mencionó las altas tasas de desocupación entre este sector de la población, que en algunos países, como Italia, llegan a 40 por ciento.

Entre las causas de la falta de vocaciones sacerdotales, Francisco mencionó los bajos índices de natalidad que se registran en algunos países europeos. Donde no hay jóvenes, no hay sacerdotes. Este es un problema serio, afirmó.

A nivel personal, el Papa se manifestó contra todo tipo de idealización hacia su persona y se calificó como alguien normal. No deberíamos olvidarnos que la idealización de las personas es una forma de agresión. Cuando soy idealizado, me siento agradedido, dijo.

Reconoció haber tenido momentos oscuros durante su vida espiritual y consideró que las crisis de fe son algo positivo y normal en el ser humano.

No se puede madurar sin crisis. Eso rige para todos los hombres. El crecimiento biológico se da a partir de crisis. La crisis de los niños que se transforman en adultos. Con la fe no es distinto. Sin crisis no podemos crecer. Lo que hoy nos satisface, mañana no nos satisface más, señaló.