Rectores de universidades públicas y privadas, así como investigadores y especialistas en migración, resaltaron en el Senado que son entre 500 mil y 600 mil los estudiantes mexicanos, denominados dreamers, que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podría deportar, por lo que hay que estar preparados para recibirlos e inscribirlos en sus respectivos grados académicos.

Sin embargo, el subsecretario de Educación Superior, de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Salvador Jara Guerrero, minimizó las cifras de universitarios que podrían ser repatriados: son entre 13 mil y 20 mil los estudiantes mexicanos que cursan estudios universitarios en el vecino país del norte.

Durante su participación en las audiencias públicas que realizó la cámara, la semana pasada sobre la reforma a la Ley General de Educación que envió el presidente Enrique Peña Nieto para flexibilizar los requisitos de revalidación de estudios de migrantes mexicanos deportados de Estados Unidos, el subsecretario Jara Guerrero enfático resaltó: La acción diferida para los llegados en la infancia (Daca, por sus siglas en inglés) beneficia no solamente a los estudiantes de educación superior que estén sin papeles.

Especialmente, apuntó, beneficia los que estén en preparatoria y de manera más importante a todos aquellos que sin estudiar ese nivel escolar hayan obtenido un diploma de capacitación.

Ante rectores universitarios, académicos e investigadores, el subsecretario de Educación Superior refirió que en la pirámide educativa los que menos posibilidades tienen de estudiar pero que terminaron la secundaria, lo que hacen es tomar un cursito. Les dan un diploma y los habilita para ser carpinteros, herreros, lo que sea. Ahí está la mayoría de ellos, estudiantes mexicanos que residen de manera indocumentada en Estados Unidos.

En un segundo apartado, explicó, se ubican aquellos que terminan la preparatoria o que están en proceso y desgraciadamente los más poquitos son los que están en la educación superior.

Para calmar las preocupaciones de las universidades, Jara Guerrero, destacó: ojalá tuviéramos los millones que dicen en educación superior, estaríamos tomando el poder intelectual en Estados Unidos, sin duda.

Ante las demandas de los rectores de que se les otorgue mayores recursos para recibir a los miles de estudiantes, el funcionario de la SEP los llamó a la calma: los números hay que tomarlos con cuidado; no creo que representen los jóvenes (repatriados) un problema para la educación superior en México.