La confianza de los consumidores mexicanos respecto de la situación económica de sus familias y la del país cayó en enero a un nivel mínimo histórico. El pesimismo es resultado de un coctel que mezcla el incremento en el precio de las gasolinas al inicio del año, el ánimo causado por el cambio de gobierno en Estados Unidos y la pérdida de valor del peso frente al dólar.

El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) cayó en enero en una proporción sin precedente de 17 por ciento, respecto al mes previo, y de 26 por ciento si se compara con el mismo periodo de 2016, reportaron este viernes el Banco de México y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

El ánimo de los consumidores, que permite establecer parámetros sobre el comportamiento del mercado interno, es hoy más bajo que durante las crisis que ha sufrido el país en las últimas dos décadas y media, desde que la economía colapsó en 1995 hasta la causada por el terremoto financiero en Estados Unidos en 2008-2009, cuyos efectos se mantienen.

Es probable que el aumento de las gasolinas y la incertidumbre que rodea la futura relación económica con Estados Unidos haya causado el retroceso de la confianza de los consumidores a niveles debajo de los observados en el punto crítico de la gran recesión de 2008-2009, consideró Joan Enric Domen, analista de Invex.

El ICC se compone de cinco indicadores que recogen la percepción de los consumidores sobre: la situación económica actual del hogar, respecto de la de hace un año y la esperada para los siguientes 12 meses; los otros dos tienen que ver con la condición económica del país en el momento y la que se espera para un año después; y el quinto refleja qué tan propicio es el momento actual para la compra de bienes de consumos duradero.

El índice cayó de un nivel de 85.7 puntos en diciembre a 68.5 unidades en enero. El nivel refleja un retroceso de 17 por ciento mensual y de 26 por ciento anual. Una caída de esa magnitud no se había registrado desde que el indicador comenzó a ser publicado, en abril de 1994.

La expectativa a un año sobre la economía nacional cayó 34.9 por ciento a tasa anual y la percepción sobre la situación actual retrocedió 33.2, de acuerdo con la medición dada a conocer ayer.

Mientras, la percepción sobre la situación actual de los hogares disminuyó en 12.8 por ciento y la expectativa a un año retrocedió 20.0 por ciento. Además, la posibilidad de comprar bienes duraderos se redujo 31.6 por ciento.

La posibilidad de que se suavicen las relaciones con la nueva administración de Estados Unidos podría favorecer una recuperación de la confianza, aunque el aumento de la inflación y la persistencia de un entorno de incertidumbre pesará sobre la moral de los consumidores. Por el lado positivo, el aumento de las remesas, mientras no se realice alguna modificación en la regulación, apoyará el consumo en México, añadió el analista de Invex.

Las remesas alcanzaron un máximo histórico de 26 mil 970 millones de dólares el año pasado, 8.82 por ciento más que en 2015, reportó el miércoles el Banco de México.