Seis entidades donde se han puesto en marcha operativos federales en años recientes –ordinarios y extraordinarios– tuvieron en 2016 registros máximos históricos de homicidios.

En esa situación se encuentran Baja California, Baja California Sur, Guanajuato, Michoacán, Veracruz y Colima. En este último estado la tasa de homicidios es de 81.5 casos por cada 100 mil habitantes y ahí se ubica el municipio más violento per cápita del país.

En tanto, otras 10 entidades alcanzaron registros elevados en crímenes dolosos. En tal situación se incluyen Guerrero, Ciudad de México, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Sonora y Tabasco.

La estadística oficial de incidencia delictiva del fuero común, cuyas investigaciones son responsabilidad de las procuradurías y fiscalías estatales, incluye datos de 1997 a la fecha.

Los operativos a cargo del Ejército tienen énfasis en patrullajes y en operaciones mixtas identificadas con las revisiones o retenes; en el actual sexenio ha cobrado importancia en estas tareas la policía militar, así como corporaciones semejantes de la Marina-Armada de México y de la Policía Federal.

La Secretaría de Gobernación (SG), responsable de la estrategia de seguridad, ha advertido acerca de la debilidad de corporaciones locales de seguridad y procuración de justicia, situación que obliga a la Federación a prestar apoyo. El gobierno gestiona ante el Congreso de la Unión la aprobación de leyes hacia el mando único policial (uno por cada entidad), así como por nuevas funciones para las fuerzas armadas.

Esta semana el titular de la dependencia, Miguel Ángel Osorio Chong, resaltó que se planea firmar acuerdos con las autoridades estatales a fin de fijar un plazo para la vuelta de los militares a sus cuarteles.

Un caso relevante del apoyo militar es Guerrero, especialmente en las regiones norte y en Tierra Caliente, donde el operativo conjunto está a cargo de un general del Ejército.

Pese a la estrategia de los tres niveles de gobierno, la entidad persiste como la más violenta en cuanto a número de homicidios dolosos: 2 mil 213 durante el año pasado, la cifra más alta, incluso por arriba del estado de México (2 mil 53). Salvo el récord de 2012 (2 mil 310 asesinatos), Guerrero sigue a la cabeza o en el grupo puntero de los delitos de alto impacto. También sigue en primer sitio en cuanto a desapariciones de personas investigadas por la Procuraduría General de la República.

Durante 2016 fueron denunciados en todo el país 20 mil 789 asesinatos intencionales (61.5 por ciento cometidos con arma de fuego). Este nivel significa el pico de mayor violencia durante el actual sexenio y uno de los más altos desde la compilación de la estadística criminal, de hechos ocurridos de 1997 a la fecha.

Los 20 mil 789 casos de 2016 están ya muy cerca de los 22 mil 852 homicidios dolosos de 2011 y los 21 mil 736 registrados en 2012. Por número de víctimas, el año pasado murieron en situaciones violentas 22 mil 932 personas.

Las cifras acerca del mismo delito son distintas porque en una misma denuncia se puede consignar la muerte de más de una persona. Los datos de incidencia delictiva, del fuero común y federal, son difundidos por el Sistema Nacional de Seguridad Pública de Gobernación.