Pese a que México es uno de los países más diversos y plurales del continente, su población indígena sufre gran rezago educativo. Así lo concluyó el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), luego de varios estudios sobre el tema.

Al presentar ayer las Directrices para mejorar la atención educativa de niños, niñas y adolescentes indígenas, los consejeros del INEE exhortaron a atender las culturas indígenas para fortalecer al país, sobre todo ante la coyuntura de un desafío exterior.

Para llegar a esas directrices –cuyo objetivo es incidir en la implantación de políticas públicas que permitan elevar la calidad y equidad de la educación que se imparte a los habitantes de los pueblos originarios–, el instituto aplicó varias evaluaciones y se basó en la investigación educativa disponible, así como en el análisis de la acción pública encaminada a atender a esta población.

Tras ello determinó que en el país existe un retraso alarmante y escandaloso, tanto en la gestión como en la infraestructura y la calidad de la educación que se imparte en escuelas indígenas. Por ejemplo, se encontró que la tasa de analfabetismo es mayor entre los pueblos indígenas que la nacional.

Otro dato es que ocho de cada 10 alumnos con instrucción indígena obtuvieron las puntuaciones más bajas en la prueba de matemáticas del Plan Nacional de Evaluación en los Aprendizajes, mientras en primarias generales la proporción fue de 60 por ciento. Además, 76.6 por ciento de los jóvenes mestizos terminan la secundaria, mientras en comunidades originarias la eficiencia terminal de este nivel es de menos de 60 por ciento.

De acuerdo con el INEE, 50 por ciento de los docentes que laboran en alguna primaria indígena no hablan ninguna lengua originaria, y de todo el sistema educativo nacional son quienes tienen los niveles de escolaridad más bajos, pues a menudo no concluyeron la licenciatura.

Durante la presentación de las directrices, la consejera presidenta del INEE, Sylvia Schmelkes, destacó que ante la situación educativa que prevalece en la población indígena del país, es urgente enfocar los esfuerzos gubernamentales y la coordinación interinstitucional para asegurar que el servicio educativo responda a las características de estos menores, independientemente del tipo de escuela a la que asistan.

Es impostergable, dijo, trabajar en la eliminación de las prácticas discriminatorias que padecen y en el fortalecimiento de su capacidad para ejercer plenamente sus derechos.

Al respecto, afirmó que es de vital relevancia que la educación que reciben todos los niños y adolescentes mexicanos tenga un enfoque que les permita entender las culturas indígenas, respetarlas y valorarlas.

Hasta el momento, dijeron los consejeros, el problema no se resuelve con el nuevo modelo de enseñanza de la Secretaría de Educación Pública, por lo que confiaron en que la dependencia considere las directrices elaboradas para fortalecer la instrucción indígena.