El pueblo mágico de Tlacotalpan, Veracruz, se encuentra listo para llevar a cabo el 38 Encuentro de Jaraneros y Decimistas, acto que se realiza en el contexto de la Fiesta de la Candelaria, y que recibirá a 63 de las mejores agrupaciones e intérpretes de sones jarochos y décimas de todo México.

Tlacotalpan es color, ritmo, alegría, belleza, armonía, diversión, es un pueblo vibrante del trópico del Papaloapan, y del 31 de enero al 2 de febrero se animará con una impresionante diversidad de estilos, sonidos y ritmos.

En este encuentro, que se realiza desde 1979, se ofrecerán conciertos con música y fandangos jarochos, teniendo como sede la famosa Plaza de Doña Martha y el Parque Zaragoza, de Tlacotalpan, que dicho sea de paso fue declarado patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco desde 1998.

De acuerdo con cifras proporcionadas por Diego López Vergara, organizador del acto, este año se inscribieron 430 participan- tes, entre versadores y soneros de comunidades veracruzanas, así como agrupaciones de otras ciudades, como Villahermosa, Morelia, Oaxaca, Huamantla, Tlaxcala y Ciudad de México.

López Vergara, maestro tlacotalpeño fundador e integrante del grupo Siquisirí y legendario ejecutante de la décima escrita e improvisada, recordó que dicho encuentro ha dado paso a la formación de gran cantidad de agrupaciones. Más de 200 en el estado (Veracruz) y fuera de él, rebasando cualquier expectativa gracias al éxito que ha tenido esta manifestación musical.

El encuentro es nuestro escaparate para que el músico demuestre lo que ha trabajado durante el año, aquí se presentan discos y composiciones de algún son, y versada. Sin embargo, el fandango no deja de ser la principal fuente para que uno se pueda explayar de manera tradicional y sin ningún reflector o micrófono. Es, en sí, la esencia de nuestra fiesta. Especificó que tanto al encuentro como al fandango asisten niños desde los cinco años y adultos mayores hasta de 90. Es la manifestación reina de estas festividades en las que se exterioriza plenamente la comunión entre el son, el jarocho, el versador y el músico.