Domingo 29 de enero de 2017, p. 8
La falta de acción del gobierno mexicano para investigar las agresiones cometidas contra defensores de derechos humanos y castigar a los responsables hace que la única opción de las víctimas sea denunciar ante organismos internacionales, con la esperanza de que éstos retomen los casos y en algún momento se logre llegar a la justicia, afirmó la luchadora social Martha Solórzano.
La activista fue una de las cerca de 800 personas con las que se entrevistó el relator especial de la Organización de las Naciones Unidas para la situación de los defensores de derechos humanos, Michel Forst, quien realizó una visita al país del 16 al 24 de enero para analizar la situación de vulnerabilidad a la que están expuestos quienes se dedican a promover y defender las garantías básicas.
Al acudir a los gobiernos federal o a estatales para denunciar una intimidación o agresión, sabemos que todo va a ser negatividad o ataques hacia las personas que estamos denunciando tanta corrupción e impunidad
, afirmó Solórzano, quien ha sufrido amenazas por denunciar los robos y extorsiones que cometen policías municipales de San Luis Río Colorado, Sonora.
Yo acudo a una reunión con gente como el relator (Michel Forst) porque tengo más esperanzas en los órganos internacionales que en los de mi propio país. Sí nos desesperamos, quisiéramos una respuesta mejor y más rápida, pero yo sé que todo lo que está pasando aquí, por ejemplo, lo solapa la gobernadora (Claudia Pavlovich). ¿A quién puedo acudir?
, lamentó.
Por otro lado, la activista señaló que las mujeres son uno de los grupos más atacados en el país –tal como lo informó el relator especial de las Naciones Unidas–, junto con los defensores de la tierra y los recursos naturales, como lo demuestra el caso del ambientalista rarámuri Isidro Baldenegro, asesinado el 15 de enero pasado.
Yo le dije al relator que en México ser defensor de derechos humanos es sinónimo de muerte: nos matan, nos desaparecen, nos encarcelan a nosotros y a nuestros hijos. Le acababa yo de decir eso, y dos días después mataron a un compañero de Chihuahua
, recordó Solórzano, quien denunció que los luchadores sociales también son víctimas de campañas de difamación para desprestigiar su trabajo.