México repatrió el año pasado a 34 mil menores de edad, de los cuales poco más de 2 mil eran niños pequeños que viajaban solos. Al final del registro, sólo 235 de los migrantes más chicos salvaron la repatriación.

Una tendencia muy similar se registró durante 2015, aunque en la estadística oficial no se detalla la causa de la devolución o, como se dijo, de las razones por las cuales un pequeño porcentaje de niños solos pudieron, quizá, continuar su camino hacia Estados Unidos.

Si bien el Instituto Nacional de Migración (INM) aplica un programa especial para esta población vulnerable, la mayoría procedente de centroamérica, grupos civiles advierten que el análisis de los casos no es exhaustivo.

Es común que los niños y adolescentes sin acompañar sean trasladados desde Centroamérica con el objetivo de cruzar a Estados Unidos, donde viven sus familiares, pero al devolverlos a sus lugares de origen pueden ser de nuevo víctimas de violencia o desamparo, indican especialistas.

En un reciente estudio de la organización Sin Fronteras (Detención sin excepción, México, 2016) se indica que desde 2003 se ha emitido la recomendación de prohibir la privación de libertad de niños y adolescentes migrantes.

La ley establece la obligación del DIF para proteger a la infancia migrante. Es necesario, concluyó Sin Fronteras, aplicar acciones entre el INM y el DIF para que la canalización ocurra sin haber estado previamente en un centro de detención (estaciones migratorias).

Las procuradurías de protección a los menores en cada estado, agrega, deben ser capacitadas para promover acciones que eviten la detención innecesaria.

Igualmente, capacitar al personal para estar en contacto con estos grupos y utilizar una partida presupuestal para la habilitación de espacios que permitan implementar alternativas a la detención de los menores.

En tanto, Human Rights Watch (HRW) expone en su informe Puertas cerradas: el fracaso de México en la protección de niños refugiados y migrantes en América Central (2016) que el reconocimiento como refugiados de menos de uno por ciento de niñas, niños y adolescentes detenidos en México es un dato inquietante.

HRW afirma que dos terceras partes de los menores no recibe información sobre sus derechos y, en las entrevistas con menores de edad en detención encontró con frecuencia causales de acceso a la protección nacional y testimonios sobre la inadecuada evaluación del INM para la posterior canalización a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados.

Los datos de la Secretaría de Gobernación muestran una continuidad en este flujo. El año pasado fueron presentados ante la autoridad migratoria 40 mil 542 menores de edad, de los cuales 17 mil 728 eran niños de hasta 11 años. De ellos, la mayoría hicieron el periplo acompañados, pero 2 mil 248 viajaban solos.

Al término del proceso, el INM brindó retorno asistido a 14 mil 489 menores de hasta 11 años, de los que la mayoría fue devuelto en compañía de algún familiar adulto, mientras 2 mil 13 fueron repatriados solos.