A diferencia del pasado, en la actualidad los estudiantes de secundaria reconocen ver mucha más violencia en sus escuelas, así lo reveló un estudio realizado por investigadoras de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Se entrevistó a 3 mil adolescentes de 11 municipios del país. El resultado: 78 por ciento de los encuestados admitió que en sus colegios sí hay violencia, cosa que antes no ocurría.

En conferencia, Nelia Tello Peón y Adriana Ornelas Bernal, académicas de la ENTS, indicaron que la violencia en los centros escolares es una responsabilidad compartida.

La investigación mostró que cuando los estudiantes de este nivel son molestados por sus pares, 80 por ciento opta por ignorar el hecho hasta que se harta, pero cuando lo denuncian regularmente no pasa nada porque los adultos invisibilizan a los jóvenes.

Tello Peón explicó que también se concluyó que en todas las escuelas entre 5 y 8 por ciento de los menores son excluidos por problemas de aprendizaje, económicos o relacionales, pero en lugar de ser atendidos e integrados, se les cambia de colegio.

La encuesta encontró que 64 por ciento de los alumnos viven en familias tradicionales; 22 por ciento en familias son encabezadas por una mujer, 4 por ciento no vive con ninguno de sus padres y alrededor de 10 por ciento es parte de familias extendidas (padres, abuelos, tíos). Estos últimos presentan más problemas, puesto que no tienen límites ni figuras de autoridad claramente definidas.

El estudio se aplicó en municipios con alto y bajo grado de violencia, como Ahome y Culiacán, Sinaloa; Ecatepec y Toluca, estado de México; Cuernavaca y Cuautla, Morelos; Campeche y Ciudad del Carmen, Campeche; Torreón, Coahuila; Pachuca, Hidalgo, y en la delegación Iztapalapa de la Ciudad de México.

Tello Peón, quien es coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Violencia Escolar, aseveró que es preocupante que los centros escolares sean vistos como espacios de control, y no de formación y aprendizaje, pues lo que pasa en la sociedad se reproduce en la escuela, donde los menores aprenden a subsistir.

Dijo que se opone que policías revisen mochilas en las escuelas. La presencia policiaca significa tratar a los niños como presuntos delincuentes.

Ornelas Bernal planteó que esa crisis no se resolverá con la militarización de la educación; hay que desechar la idea de que la intervención debe ser con más violencia.