La uzbeka Oksana Chusovitina se ha mantenido en la élite de la gimnasia mundial durante siete ciclos olímpicos, desde que debutó en Barcelona 1992. Es la más longeva en la historia de su deporte, y a sus 41 años planea llegar a Tokio 2020 en las mejores condiciones.

Me siento bien y me divierto, dijo Chusovitina, una de las estrellas del Abierto Mexicano de Gimnasia, que se realiza este fin de semana en la Sala de Armas de la Magdalena Mixhuca.

Aún me queda mucho por dar a mi deporte, aseguró en inglés la competidora en siete Juegos Olímpicos, ganadora de medallas, siempre finalista, la más reciente en Río 2016, donde pasó a esa instancia de las ocho mejores en la prueba de salto.

La veterana, de metro cincuenta de estatura, sonrió con timidez cuando se le cuestionó por qué continúa en un deporte tan exigente cuando la edad puede ser un enemigo más en sus rutinas. Y es que tal vez ya no debe estar metida ocho horas en el gimnasio para pulir su técnica, eso ya lo hizo durante su larga carrera, por eso ahora, se creé que lo hace mentalmente, sin necesidad de tantas repeticiones.

Con cinco medallas en campeonatos mundiales, Chusovitina ha pasado adversidades que la han forjado. Es una de los dos deportistas que han competido en Juegos Olímpicos con tres equipos nacionales distintos: por la extinta URSS desde Barcelona, su natal Uzbekistán y Alemania (Pekín 2008 y Londres 2012), patria de su hijo Alisher.

Quiero este deporte y me siento bien. No me importa lo que digan, yo quiero seguir, sostuvo la uzbeka, quien subrayó que cuenta con tenacidad, como si fuera una jovencita; como la mexicana Victoria Mata, quien a sus 16 años de edad tiene el sueño de ir a unos Juegos Olímpicos.

Y aunque no tiene seguro el momento del retiro, la gimnasta remató: Quiero ir a Tokio 2020.

En el Abierto Mexicano, que terminará este domingo con una gala, Chusovitina es muestra de orgullo y tesón para los jóvenes mexicanos.