El sistema de procuración e impartición de justicia castrense se ha caracterizado como un baluarte de confiabilidad y de credibilidad, afirmó el director general de Justicia Militar, Gonzalo Corona González, en un acto encabezado por el oficial mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el general Gilberto Hernández Abreu.

Lo anterior, durante la ceremonia de clausura del diplomado Sistema acusatorio y sus implicaciones teórico-prácticas, en el cual mil 500 integrantes del sistema de justicia militar fueron capacitados en el nuevo sistema de justicia penal.

En un acto realizado en la explanada del Tribunal Superior Militar, que se localiza en el Campo Militar número uno, en la Ciudad de México, y junto a las instalaciones de la prisión militar, el general Corona González afirmó que el nuevo sistema no le es ajeno, ya que desde 1934 los tribunales castrenses ya manejaban la oralidad en los consejos de guerra.

Señaló que el titular de la Sedena, el general Salvador Cienfuegos, se ha prestado con ímpetu y disponibilidad para enfrentar los retos actuales que enfrenta el país, ha brindado el apoyo necesario para la implementación del sistema de justicia penal acusatorio, como parte de la modernización de las fuerzas armadas.

El director de Justicia Militar señaló que las fuerzas armadas están “conscientes de que en el país se vive una época de transición, donde la realidad social impone la creación de un derecho que se consolide con las instituciones para adecuar la norma con sus ideales de justicia a la realidad cambiante de México.

Requerimientos

Por ello, las fuerzas armadas requieren que en sus filas las mujeres y hombres cuenten con sólidos conocimientos del nuevo sistema de justicia legal, en aras de observar y respetar las reformas constitucionales de junio de 2008.

Dijo que con esto se transformó desde lo más profundo el sistema penal mexicano, y los militares percibieron la necesidad de saber más para servir mejor; observamos que la nación mexicana atraviesa por un parteaguas en la vida jurídica, que causa impacto en los fueros común, federal y militar, y en la que estamos conscientes de que se sentaron las bases para que impere un sistema en donde predomine lo acusatorio, pero sobre todo una completa oralidad.