Nueva York.

La peor semana en la campaña presidencial de Donald Trump culminó hoy con el anuncio de que su fundación familiar opera violando la ley, dos días después de la explosiva revelación de su posible evasión de impuestos federales más una serie de exabruptos dañinos contra mujeres y su derrota en el primer debate presidencial el lunes pasado, lo que ha llevado a que algunos observadores se atrevan a preguntar si esto marca el fin de la campaña del magnate.

Trump ha dejado asombrados a muchos, incluso dentro de su partido, por sus reacciones esta semana –algunos lo comparan con las de un bully de la secundaria– ante revelaciones y acusaciones sobre su comportamiento y sus prácticas empresariales.

Está desquiciado, dijo la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton en un acto de campaña, después de días de exabruptos de su contrincante. Trump contratacó en un acto de campaña en Pensilvania el sábado: ella podría estar loca, de verdad loca. Todo indica que el nivel del debate no mejorará.

La campaña de Trump ha sido sacudida por varios lados. La oficina del procurador general de Nueva York, Eric Schniederman, anunció hoy que giró una orden a la Fundación Trump para “cesar de manera inmediata… cualquier actividad de recaudación de fondos en Nueva York”, ya que no cuenta con el registro necesario para hacerlo. La fundación ya había estado bajo investigación por diversos gastos personales de Trump, que incluyen la compra de dos retratos pintados de él, y una donación potencialmente ilegal de 250 mil dólares a una agrupación política en Florida.

Por otro lado, Trump podría haber violado las sanciones contra Irán (país al que llama gran enemigo) hace unos años, al tener como inquilino a un banco iraní vinculado con el régimen de ese país por el gobierno estadunidense, según un reportaje del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación divulgado hoy. Newsweek reportó a finales de la semana pasada que una empresa de Trump había violado el bloqueo económico contra Cuba hace unos años.

Clinton está gozando de la semana desastrosa de su contrincante y, por primera vez en unas tres semanas, ha repuntado en las encuestas nacionales, en las cuales ahora tiene una ventaja de entre tres y cinco puntos después de estar empatada con el republicano antes del debate y también en algunas de los estados claves; también ha revertido su desliz en los modelos de pronóstico electoral con entre 60 y 78 por ciento de posibilidad de ganar la elección.

Todo empezó hace siete días con el primer debate, donde Trump fue sorprendido con la acusación de Clinton de que había humillado a una ex Miss Universo a la cual llamó Miss Cerdita. En el mismo debate, la demócrata indicó que era posible que Trump no hubiera pagado impuestos federales durante años y tal vez esa era la razón por la cual rehusaba hacer públicas sus declaraciones tributarias (el primer candidato presidencial en no rendir estas cuentas en cuatro décadas), y fue en ese momento cuando Trump la interrumpió con una frase: eso me hace ser inteligente, lo que parecía afirmar que esto era cierto y ahora lo persigue.

Trump primero estalló con el tema de su trato a las mujeres, que de inmediato se volvió en un ataque personal sostenido contra Clinton, mucho de lo cual se difundió en un torrente de tuits la madrugada del viernes, aparentemente sin poder frenarse, acusando entre otras cosas que la ex Miss Universo había participado en un supuesto video sexual, pero periodistas, al buscarlo, sólo descubrieron un video de porno ligero de Playboy en donde Trump apareció brevemente. Cuestionó si la chueca Hillary (su apodo preferido para su contrincante) había ayudado a la ex Miss Universo a obtener la ciudadanía para usarla en el debate.

Él y sus seguidores, desde la conclusión del debate, han amenazado con atacar a Clinton sobre las relaciones extramatrimoniales de su esposo. Más aún, el sábado Trump comentó en un acto de campaña que Clinton sólo es leal a sus contribuyentes financieros y a ella misma, no creo que sea leal a Bill, si quieren saber la verdad.

Pero aún faltaba lo peor: la noche del sábado, el New York Times reportó que Trump podría haber evitado legalmente pagar todo impuesto federal sobre su ingreso personal (que alcanzaba más de 50 millones) durante 18 años por un pérdida de casi mil millones de dólares que declaró en 1995. Las tres páginas de una de sus declaraciones fiscales llegaron en un sobre manila al escritorio de Susanne Craig, reportera del Times, y el remitente anónimo indicaba que lo enviaba desde la Torre Trump en Nueva York, sede del emporio y de la campaña del magnate.

La campaña de Trump no ha desmentido la información, y se ha limitado a acusar al Times de usar material ilegalmente obtenido, en lo que es “una comprobación de que el New York Times, como los medios del establishment en general, son una extensión de la campaña de Clinton, el Partido Demócrata y sus intereses especiales globales”. A la vez, la campaña amenaza con presentar una demanda legal contra el rotativo.

Como reportó La Jornada ayer, representantes de alto nivel de su campaña intentan argumentar que estos manejos financieros demostraban que Trump es un genio. El propio Trump hoy argumentó que justo por saber usar brillantemente estas leyes, él es el único de los contendientes que sabe cómo reformarlas.

El reportaje del Times claramente sacudió la campaña de Trump. “La mayor amenaza para él es que la exclusiva (del New York Times) le recuerda al público que Trump no es un gran empresario, pero sí un gran estafador”, comentó el corresponsal político Ryan Lizza, de The New Yorker.

Mientras tanto, el asesor de Trump, Roger Stone, envió un tuit en el cual declara que este miércoles Clinton quedará anulada por Wikileaks, sin dar mayor detalle. Wikileaks ha difundido anteriormente documentos y correos electrónicos que han dañado políticamente a Clinton.

El siguiente debate entre los aspirantes presidenciales está programado para el próximo domingo (habrá uno entre los dos candidatos a la vicepresidencia este martes).

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