Martes 27 de septiembre de 2016, p. 4
Cartagena de Indias
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que ayer sellaron un histórico acuerdo de paz con el gobierno, marcaron la historia del país en los últimos 52 años, en una lucha fallida por alcanzar el poder con las armas, que cambiará a la vía política.
1964: La fundación
El 9 de abril de 1948 el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán desata en Colombia un cruento combate entre liberales y conservadores, entonces en el gobierno. Una amnistía, en 1953, y un acuerdo para la alternancia en el poder, en 1957, acaban con la violencia interpartidaria.
Pero campesinos liberales se organizaron para reclamar una reforma agraria en territorios bajo influencia comunista que fueron llamados repúblicas independientes
y que el Estado intentó reconquistar por la fuerza en 1964. Bajo el mando de Manuel Marulanda Vélez, conocido luego como Tirofijo, unos 50 campesinos sobrevivieron al ataque y formaron las FARC, asumiendo como fecha fundacional el 27 de mayo de 1964.
Las FARC se iniciaron como una guerrilla de autodefensa que reivindicaba la lucha radical agraria; luego incorporaron el discurso marxista-leninista y, tras la caída de la Unión Soviética, el bolivariano de corte nacionalista.
1984, 1991, 1999: procesos fallidos
La primera negociación de paz con las FARC fue en 1984, durante el gobierno de Belisario Betancur. Del fallido proceso nació en 1985 la Unión Patriótica, partido creado por ex miembros de las FARC que fue masacrado por paramilitares en connivencia con fuerzas estatales. Se estima que 3 mil miembros fueron asesinados.
También fracasaron los otros dos intentos de negociación de paz, iniciados en 1991 con el presidente César Gaviria, y en 1999 con Andrés Pastrana. Ese último proceso se conoció como Diálogos del Caguán, por la región de 42 mil kilómetros cuadrados que el mandatario ordenó desmilitarizar para que la guerrilla se concentrara.
Años 90: la escalada rebelde
Los años noventa estuvieron marcados por una estrategia de guerra de las FARC que incluyó ataques a poblados, bases militares y cuarteles de policía. También recurrieron al secuestro de civiles para el cobro de rescates. La toma de la ciudad amazónica de Mitú, en 1998, con saldo de 37 muertos y 61 policías caídos en poder de los rebeldes, así como la matanza de Bojayá, en 2002, donde murieron 79 personas en una iglesia en la que se refugiaban de combates, marcaron esa época.
Pero quizá el hecho que más recuerda el mundo fue el secuestro en 2002 de la precandidata presidencial colombo-francesa Ingrid Betancourt, liberada seis años después por el ejército. Su cautiverio se convirtió en el símbolo del drama de civiles, policías y militares retenidos en Colombia, algunos de los cuales fueron rehenes hasta por 10 años.
Plan Colombia y ofensiva oficial
Estados Unidos y el gobierno de Pastrana lanzaron en 2000 el Plan Colombia, estrategia contra el narcotráfico ampliada luego a la lucha antiguerrilla. Washington ha enviado en 15 años 10 mil millones de dólares en fondos para equipamiento militar y entrenamiento en el país sudamericano. Así se abrió una década de fuerte ofensiva oficial contra las FARC, liderada por el presidente Álvaro Uribe.
En 2008, además de la muerte por aparentes causas naturales de Tirofijo, cayó abatido Raúl Reyes, el responsable internacional de la guerrilla, en una operación del ejército colombiano en Ecuador. El descabezamiento de la guerrilla siguió con Juan Manuel Santos en la presidencia: primero murió en 2010 en un bombardeo el jefe militar Jorge Briceño (Mono Jojoy) y luego, en otra operación militar en 2011, Alfonso Cano, sucesor de Tirofijo.
El acuerdo definitivo
Tras la escalada militar, a instancias de Santos y del nuevo jefe máximo de las FARC, Rodrigo Londoño, identificado como Timoleón Jiménez (Timochenko), se lanzó formalmente el 18 de octubre de 2012 en Oslo un diálogo de paz, cuya mesa se instaló en La Habana en noviembre de ese mismo año, con Cuba y Noruega como garantes, y Chile y Venezuela como acompañantes.
El 24 de agosto de 2016 las partes anunciaron haber alcanzado un acuerdo de paz definitivo, que fue ratificado el viernes pasado por el grupo rebelde tras su última conferencia alzado en armas, celebrada en un remoto paraje del sureste de Colombia.
Para ser efectivo, el acuerdo firmado ayer deberá ser aprobado por el pueblo colombiano el 2 de octubre en un plebiscito.