El pasivo conjunto de esos partidos suma $1,135 millones con instituciones financieras
Con los empréstitos los institutos políticos buscan potenciar sus posibilidades electorales
Lunes 22 de agosto de 2016, p. 13
Con un financiamiento público que para 2016 asciende a casi 4 mil millones de pesos, mediante prerrogativas, para los partidos políticos, esos montos no son suficientes, particularmente en periodos electorales, por lo que apelan esos institutos al financiamiento bancario para apuntalar sus expectativas electorales y de cargos públicos. Hoy, la deuda conjunta de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrtática (PRD) y Verde Ecologista de México (PVEM) alcanza mil 135 millones de pesos con instituciones financieras, con vencimientos en 2017.
De acuerdo con información del PRI, cuyo financiamiento para este año es de mil 7 millones de pesos, tiene una pesada deuda que suma 744 millones de pesos –equivalentes a casi 75 por ciento de sus prerrogativas de 2016– con instituciones bancarias. Aunque ha restructurado varios empréstitos, el grueso de su endeudamiento con los bancos tiene vencimiento entre agosto de 2016 y noviembre de 2017.
Estrategias financieras
Para cuando el partido finiquite la deuda, el proceso federal electoral tendría ya dos meses de iniciado, pues la legislación señala que el periodo electoral comenzará en septiembre previo al año de la elección (2018). Las estrategias financieras de los partidos tienden a complementar el financiamiento en los años electorales con créditos privados, en aras de potenciar sus posibilidades de ganar elecciones, que se traduzcan, en función de los votos obtenidos en mayor financiamiento público a futuro, con cargo al erario, en un círculo que se asocia al pago de la deuda.
Insaciables en el flujo del financiamiento de sus actividades algunos de los partidos incluso han apelado al crédito bancario para sufragar los descuentos millonarios que por concepto de multas les ha impuesto el Instituto Nacional Electoral. El caso emblemático es el del Verde, cuya estrategia de campaña para 2015 –sustentada en una violación sistemática de la ley– contrató un préstamo de 100 millones de pesos para complementar el financiamiento de su campaña electoral en 2015.
En 2015, el PVEM acumuló una serie de multas, algunas de las cuales fueron confirmadas en corto plazo por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, lo que motivó que el partido acudiera al financiamiento bancario para compensar las finanzas que le permitieran no reducir su proselitismo.
Para 2015, el Verde recibió 429 millones de pesos, de los cuales 96 millones eran para campaña electoral, mismos que no le fueron suficientes para la desmesurada penetración que tuvo: paquetes escolares, lentes, boletos para el cine, campaña millonaria de espots en las salas cinematrográficas, entre otras acciones. De acuerdo con el partido, este financiamiento se amortizará en los próximos tres años.
Aunque el caso del PVEM –donde el crédito bancario sirvió para compensar descuentos por las primeras multas que quedaron firmes en la contienda– es la más polémica contratación de deuda, el PRI es el que tiene el mayor endeudamiento, si bien es el partido que recibe los mayores recursos de prerrogativas. En 2015, el tricolor obtuvo mil 360 millones de pesos, de los cuales mil 22 fueron para gasto ordinario y 323 millones para financiar su campaña electoral.
Sin embargo, en 2015, el partido contrató un crédito por 524.1 millones de pesos: 177 millones de pesos en dos empréstitos (uno de 125 millones, contratado en abril de 2015 y con vencimiento a fines de este mes y otro de 52 millones, a pagar en abril de 2017); tres créditos con Banorte –adquiridos en mayo, octubre y noviembre de 2015– con montos de 100 millones, 10 millones y 60 millones de pesos. Según los plazos pactados, en noviembre de 2015, se liquidó el adeudo de 10 millones; el de 100 millones con fecha de vencimiento noviembre de 2017 y el de 60 millones en abril del próximo año.
Asimismo, dos créditos más con Banco Interacciones: uno contratado en abril de 2015, en el inicio de las campañas, por 125 millones de pesos y que este mes deberá liquidar, y otro de 52 millones de pesos, contratado en noviembre de 2015 y a pagar en abril de 2017.
El financiamiento adquirido por el PRI fue incluso superior a 300 millones de pesos, que utilizó el partido en 2012 para la campaña presidencial. En esa elección contrató un crédito de 120 millones de pesos con Banorte, que liquidó en 2014: otro de 140 millones de pesos con Banca Afirme, que también se pagó en 2014, y otro con Banco Interacciones por 40 millones, también ya liquidado.
Sin embargo, a los 524 millones de pesos que solicitó en 2015, el PRI sumó otro crédito en mayo pasado por 230 millones de pesos, adquirido con Banco Interacciones y a liquidar en noviembre de 2017. Si se descuenta el único crédito ya pagado de 10 millones de pesos, el PRI adeuda 744 millones de pesos a pagar en los próximos meses, según la información proporcionada por el tricolor mediante una solicitud de acceso a la información.
Con el segundo financiamiento público más elevado, el PAN –que en 2016 recibirá 761 millones de pesos– tiene deudas por 250.3 millones de pesos, contratada en la campaña electoral de 2015. Según información del PAN, del monto original de 247 millones de pesos recibidos en abril de 2015 con Interacciones hasta ahora debe 184 millones de pesos. Sin embargo, tiene otro crédito por 66 millones de pesos con esa misma institución financiera, por lo que el adeudo representa poco más de una tercera parte de sus prerrogativas de este año.
En 2015, el financiamiento público que recibió AN para gastos ordinarios y de campaña ascendió a mil 142 millones de pesos.
Por lo que hace al PRD, según la información del partido, debe 41.6 millones de pesos a Afirme y su vencimiento es en octubre del próximo año. Sin embargo, en 2016, el sol azteca ha tenido que liquidar 126 millones de pesos de adeudos provenientes principalmente de 2015, es decir, adquirido en el contexto de las campañas electorales.
En 2014, debía 240.3 millones de pesos con pagos diferidos entre 2015 y 2017, endeudamiento que para 2015 bajó a 85 millones, principalmente con Afirme.