Deportes
Ver día anteriorLunes 22 de agosto de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Rio 2016

Alegría y tristeza, separadas por centésimas, milímetros y algo de fortuna

La gloria de Bolt y Phelps, la decepción de Djokovic y Gatlin, caras de la misma moneda

En la justa brasileña se impusieron 65 récords olímpicos y 19 mundiales, menos que en Londres

Foto
Río vio reforzar el brillo de algunas figuras ya conocidas (Michael Phelps y Usain Bolt), el debut de algunas nuevas estrellas (Simone Biles) y las lágrimas de un héroe local (Neymar)Foto Afp y Xinhua
 
Periódico La Jornada
Lunes 22 de agosto de 2016, p. 4

Río de Janeiro.

Del adiós con gloria de Usain Bolt y Michael Phelps y las lágrimas de oro de Neymar al escándalo de Ryan Lochte y las decepciones de Novak Djokovic y Justin Gatlin: los juegos de Río dejaron, como es habitual, dos caras de la moneda.

La alegría y la tristeza en los Juegos Olímpicos muchas veces sólo están separados por centésimas, milímetros y algo de fortuna. Hubo éxitos y fracasos en el plano deportivo, pero tal vez lo que más trascenderá es la participación del equipo de refugiados.

Ya sea en las ceremonias de apertura y clausura, en la pista o en el pabellón de judo, y con la salvedad de los atletas brasileños, nadie recibió tanto apoyo del público como los 10 deportistas del equipo de refugiados que compitieron bajo la bandera del Comité Olímpico Internacional.

Que sus posibilidades deportivas hayan sido prácticamente nulas no fue relevante. Lo importante fue el mensaje. Quiero decirles a todos que ser refugiado no es una mala palabra. Somos personas y podemos hacer muchas cosas buenas para demostrar lo que somos, aseguró la nadadora Yusra Mardini, que nació en Siria hace 18 años y vive en Berlín.

Por medallas y trascendencia mundial, Usain Bolt acaparó reflectores. Tres carreras, tres oros y otros juegos perfectos para la superestrella del atletismo. Adorado por el público brasileño, que llenó el Engenhão sólo para verlo a él, Bolt cumplió sin dificultades el objetivo que se había trazado al llegar a Río pese a las dudas por una lesión muscular.

Se impuso claramente en 100 metros, 200 y el relevo 4x100 con Jamaica para enlazar su tercer triplete dorado consecutivo, un hito sin precedentes. No pudo batir sus imposibles récords mundiales, pero con sus nueve oros se despide por la puerta grande del olimpismo. Por fin, dijo arrodillado sobre la pista el atleta que este domingo cumplió 30 años, quien ya dejó en claro que no estará en Tokio 2020.

A sus 31 años y tras haber regresado del retiro, Michael Phelps tuvo la despedida con gloria que pretendía. El nadador añadió cinco oros más a su colección para extender a 23 su brutal récord de títulos olímpicos y a 28 el total de medallas. Ganó en 200 metros mariposa, 200 combinado y los relevos 4x100 y 4x200 libre y 4x100 combinado.

Sólo falló en 100 metros mariposa, donde se colgó una insólita plata compartida con Chad Le Clos y Laszlo Cseh. Es la manera perfecta de terminar, resumió Phelps, pero se duda que su retiro sea definitivo.

En su debut olímpico, la gimnasta estadunidense Simone Biles, de 19 años y 1.45 metros, se convirtió en una de las grandes estrellas de Río 2016.

Ganó cuatro oros –concurso general individual, salto de caballo, piso y prueba por equipos– para igualar el récord de la soviética Larissa Latynina, la húngara Agnes Keleti, la checa Vera Caslavska y la rumana Ecaterina Szabo, únicas gimnastas capaces de lograr tanto éxitos en unos mismos juegos. Sólo se le escapó el triunfo en la barra de equilibrio, donde fue bronce.

Phelps atrajo los focos, pero quien voló en la piscina fue Katie Ledecky. La nadadora estadunidense consiguió el triplete dorado que había ido a buscar a Río al ganar 200 metros, 400 y 800 libre, pulverizando sus propios récords mundiales en las dos últimas distancias. A ello sumó un oro más en el relevo 4x200 y una plata en el 4x100. Tiene 19 años y ya posee cinco oros olímpicos –ganó en Londres 2012 en 800 metros libre–- y seis medallas.

Neymar fue el gran responsable de la mayor alegría brasileña en Río 2016. Gracias a él Brasil pudo conquistar por primera vez el oro olímpico del futbol. Criticado en el inicio del torneo y cuestionada su capitanía, apareció cuando más se le necesitaba. Anotó un doblete en la semifinal ante Honduras y en la final con Alemania se vistió de héroe al convertir primero un golazo de tiro libre y luego el tanto decisivo de los penales.

El título fue un inmenso desahogo para la golpeada verdeamerela y para Neymar, quien lloró como un niño en el mítico césped del Maracaná.

Los que salieron por la puerta trasera fueron Justin Gatlin, Novak Djokovic y Ryan Locke.

Eterna sombra de Bolt, Gatlin tuvo unos juegos para el olvido. El sprinter estaba llamado a ser el gran rival del jamaicano, pero la diferencia de velocidad se hizo evidente.

Convertido en una máquina de ganar en el circuito, Djokovic dejó Río en medio del llanto. El número uno del tenis sucumbió en la primera ronda ante los derechazos del argentino Juan Martín del Potro, perdió en la segunda del dobles y luego anunció que no competiría en dobles mixtos.

Lochte fue la contracara de su amigo y viejo rival Phelps. En lo deportivo sus resultados fueron modestos, pero será recordado por el escándalo que protagonizó fuera de la piscina al mentir sobre un supuesto asalto.

Por otra parte, en la justa brasileña se rompieron menos marcas que en Londres 2012. En Río se impusieron 65 récords olímpicos y 19 mundiales, mientras que hace cuatro años fueron 76 y 32, respectivamente.