Brasilia.

La comisión del Senado que estudia el juicio político a la suspendida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, votó este jueves a favor de someter el caso al pleno de la cámara alta, lo que abre el camino para que la mandataria sea removida definitivamente del cargo.

El resultado es 14 a cinco a favor de la acusación, indicó el senador Raimundo Lira, quien dirige los trabajos del colegiado y es aliado al presidente interino Michel Temer, quien remplaza a Rousseff mientras se realiza el juicio.

Para que el caso llegue a la instancia final de sentencia, el parecer de la comisión debe ser refrendado por el pleno de 81 senadores el próximo martes, en una sesión que se desarrollará en el contexto de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

El martes el proceso será conducido por Ricardo Lewandowski, presidente del Supremo Tribunal Federal. Si en esa ocasión una mayoría simple (41 senadores) opta por dar continuidad a la acusación, Rousseff quedará a punto de perder su mandato en forma definitiva a finales de agosto.

La mandataria, relecta con más de 54 millones de votos en 2014, es acusada de haber violado la Constitución por aprobar gastos sin la autorización del Congreso y suscribir decretos para financiar al Tesoro con la banca pública. Las dos infracciones son consideradas crímenes de responsabilidad, que pueden terminar con su presidencia e inhabilitarla para cargos públicos durante ocho años.

Se le acusa de manipular las cuentas fiscales para permitir un mayor gasto del gobierno antes de su relección, en 2014. Ella niega los cargos y sostiene que es víctima de una conspiración.

La mayoría de los congresistas y analistas consideran que la sucesora del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva tiene pocas posibilidades de conservar el poder, y afirman que el impeachment llegará a su instancia final con el apoyo de dos tercios (54) de los senadores, el mínimo necesario para sellar su caída.

Rousseff, quien acusa a su ex vicepresidente Temer de haberla traicionado y denuncia un golpe parlamentario en su contra, queda desde este jueves un paso más cerca de convertirse en la segunda jefa de Estado en perder el poder a manos del Congreso en 24 años, después de Fernando Collor de Mello. De verificarse ese escenario, el mandatario interino gobernará hasta finales de 2018.

Estoy muy triste; el de hoy era un resultado esperado. Es muy evidente que se preocuparon más por el proceso que por el mérito. Buscaron una razón para justificar este ritual y separar a la presidenta de su cargo, declaró la senadora Gleisi Hoffmann, del PT.