¿Rebelión de las élites?
Campeones de la desigualdad
Amparos contra cobros locos de la CFE
AMLO: destrucción y violencia
Margarita cambia etiquetas
Colombiana: extraños giros
Procu capitalina indulgente
Ricos, cada vez más ricos
Concentración asegurada
Chipincazo vs Peña Nieto
A distancia cósmica de la objetividad
La exigencia empresarial
La solidaridad citadina
El destino de Muñoz Ledo
Plática bajo la lluvia
a Confederación de Cámaras Industriales de la República Mexicana (Concamin) amagó ayer con dejar de invertir en las denominadas Zonas Económicas Especiales –ubicadas en Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Veracruz– a consecuencia de los plantones y bloqueos que lleva a cabo la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). A decir del organismo cúpula de la industria en el país, las inversiones que pudieran frenarse ascienden a más de 50 mil millones de pesos y cancelarían la creación de 40 mil empleos.
Amparos para mexicanos afectados por omisiones del gobierno
on estupor leí en páginas de La Jornada que la Coparmex interpuso una demanda de amparo por las omisiones
del Estado que afectan sus intereses.
a obsesión de intentar sacar a Lula de la vida política brasileña, configurando una verdadera persecución política, confirma que Brasil se salió de la democracia y avanza peligrosamente hacia una dictadura por medio de un golpe, de la acción o inacción de la judicatura y de las campañas sistemáticas de difamación llevadas a cabo por los medios.
a crisis económico-financiera de 2007-2008 estremeció los fundamentos de la economía capitalista (ésta es su modo de producción) y del neoliberalismo (éste es su expresión política). La tesis básica era dar primacía al mercado, a la libre iniciativa, a la acumulación privada, a la lógica de la competición, en detrimento de la lógica de la cooperación y a un Estado mínimo. El lema en Wall Street de Nueva York era: “Greed is good”, la codicia es buena. Quien mira desde una perspectiva mínimamente ética ya podía saber que un sistema montado sobre un vicio (codicia) y no sobre una virtud (bien común) jamás podría resultar bien. Un día se derrumbaría.
l reciente incremento del precio de las tarifas eléctricas pone en la mesa de discusión, además de las promesas incumplidas de Peña Nieto de bajar el precio de la electricidad, el asunto de al servicio de quién está la recientemente privatizada industria eléctrica en México. No en este pasado reciente, ni durante el periodo neoliberal, sino desde su nacionalización –no expropiación–, en 1960.
S
iembra buena semilla y ponte a cosechar que en este mundo loco todo puede pasar
, es el estribillo de Cuándo será, una bella canción del grupo argentino colombiano Che Sudaka. Y cuánta verdad porque, como estamos viendo en los últimos años, por toda América Latina se están replicando peligrosos decretos para aniquilar el campo
, siguiendo con los versos de estos amigos que disfruto en Barcelona.
s enorme tanto la gravitación de la industria fósil (carbón, petróleo, gas) y sus cabildos sobre la economía y política como la de las corruptelas y en especial, las limitaciones que socavan en Estados Unidos el ejercicio doméstico y global de la hegemonía. Las amenazas también vienen del acoso balístico-estratégico y de una guerra fría desplegada por Bush II y Obama contra Rusia, y el legado mortal de guerras de agresión en Oriente Medio que H. Clinton hizo suyo como secretaria de Estado. En el caso de los fósiles enfrentamos grandes retos y peligros para la vida en el planeta. Importa mucho, como advierte Noam Chomsky, el rechazo del Partido Republicano (PR) y de D. Trump, “para enfrentar –o aun reconocer la existencia– de la catástrofe climática que se asoma en el horizonte”: el calentamiento global antropogénico (CG). Tal postura, añade, es sentencia de ruina para nuestros nietos
(Alternet, 26/1/16).
l conocimiento de cuánto hizo Estados Unidos por impedir el triunfo de la revolución cubana es muy importante para la formación política de las nuevas generaciones de cubanos y latino-caribeños. Porque su tenaz apoyo a la dictadura de Fulgencio Batista y sus febriles maniobras para lograr la frustración de la guerra de liberación encabezada por Fidel Castro, corroboran de modo inequívoco el carácter profundamente antipopular y antidemocrático del sistema imperialista estadunidense y de su política exterior intervencionista.