La contaminación es una de las principales causas de alergias en el país, informó ayer el especialista médico Fernando Iduñate Palacios. Esos padecimientos disminuyen la capacidad auditiva, dificultan la respiración, impiden dormir y, en general, afectan de tal forma la calidad de vida que ya son considerados la epidemia no infecciosa del siglo XXI.

La más común por los altos niveles de ozono es la rinitis. De acuerdo con el Estudio internacional de asma y alergias en la niñez (ISAAC, por sus siglas en inglés), 15 por ciento de los mexicanos la padecen. En segundo lugar se ubica el asma.

Iduñate Palacios, miembro de la Academia Mexicana de Alergia, alertó que las partículas contaminantes dañan el desarrollo pulmonar de los niños, lo que también podría derivar en problemas del corazón.

La alergia es una reacción exagerada del cuerpo –específicamente del sistema inmunitario– ante una sustancia que para los demás es inofensiva, explicó. Existe una predisposición genética para desarrollarla. Hasta el momento han identificado más de 100 genes, así que mientras más se tengan en el organismo aumenta la probabilidad de desencadenarla en alguna etapa de la vida.

Aclaró que la rinitis alérgica es la inflamación de las mucosas nasales. Los síntomas son escurrimiento nasal, comezón en la nariz, estornudos, ojos rojos y dificultad para respirar. Esa condición frecuentemente se transforma en sinusitis.

Los contaminantes, que provienen principalmente de los autos pero también de los aviones y las fábricas, influyen en el origen o aumentan los síntomas de las alergias, sostuvo. Asimismo, el cambio climático contribuye a ese problema, pues provoca que la polinización de las flores comience antes y, además de que muchas personas son alérgicas al polen, las partículas de ozono se adhieren a él, apuntó.