Luego de cinco días de haber permanecido en paro por falta de agua en sus calderas, la refinería de Cadereyta en Nuevo León reinició operaciones parcialmente el pasado sábado, informó Petróleos Mexicanos (Pemex).

El cierre de la cuarta refinería más grande del país implicó que se dejaron de producir 550 mil barriles de gasolina y diésel que se dejaron de producir, los cuales habrían sido compensados con importaciones.

El pasado martes la empresa informó que ante la disminución gradual de la presión en el río Ramos, el cual alimenta de agua a las calderas de la refinería Héctor R. Lara Sosa, de Cadereyta, se llevó a paro seguro las plantas hidrodesulfuradoras y otras unidades, de acuerdo con los protocolos internos de seguridad.

Pese a ello, Petróleos Mexicanos (Pemex) aseguró que el abasto estaba garantizado, ya que cuenta con inventarios suficientes y ha desplegado diversas medidas para el suministro de gasolinas y diésel a sus clientes de la zona de influencia de la refinería.

Este lunes Pemex informó en su cuenta de Twitter que el domingo había reiniciado parcialmente la operación en Cadereyta, aunque el área de comunicación de la empresa precisó que había sido desde el sábado.

Se siguen los protocolos para aumentar la producción de forma segura, agregó Pemex en su cuenta de la red social, aunque no precisó el nivel de producción.

Durante mayo la refinería procesó un promedio de 121 mil 472 barriles por día, cantidad muy por debajo de su capacidad de 275 mil barriles por día, en medio de una caída de la producción de crudo asociada al declive de campos y recortes de inversiones por el desplome de los precios del crudo.