e acuerdo con lo dicho por el secretario de Hacienda, el segundo ajuste al gasto público de este año estaría relacionado con los efectos económicos producidos por la decisión del Reino Unido de separarse de la Unión Europea. En la conferencia de prensa ofrecida el 24 de junio, en la que estuvo acompañado por el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, y el subgobernador del Banco de México, Roberto del Cueto, Luis Videgaray explicó algunos de los efectos del Brexit sobre la economía mexicana, y fue en ese contexto en el que anunció el recorte al gasto del gobierno por 31 mil 748. 8 millones de pesos. Se trata de uno de los ajustes más dolorosos, pues esta vez afecta de manera muy importante a las áreas de salud y educación; pero también representa el recorte más importante que se ha producido hasta ahora al gasto del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), pues recibirá mil 800 millones de pesos menos este año.
Cualquier ajuste en el presupuesto del Conacyt afecta de manera muy tangible a las actividades científicas, tecnológicas y de innovación (CTI) del país, pues es el organismo que está más directamente involucrado con la formación y fortalecimiento de recursos humanos, mediante sus programas de becas, del Sistema Nacional de Investigadores y ahora con las Cátedras para Jóvenes Investigadores; y con el financiamiento directo a proyectos en la investigación básica, aplicada, tecnológica y la innovación.
El gasto de otros sectores en CTI, como el que realizan las secretarías de Estado, es más difícil de rastrear, lo cual es grave, pues no sabemos con la misma precisión, por ejemplo, cómo los ajustes en salud y educación afectarán las actividades científicas que se efectúan en ellas, aunque por experiencias anteriores, debemos estar muy atentos sobre los efectos en instituciones científicas clave, como el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, cuyos recursos están sectorizados en la Secretaría de Educación Pública, y sobre los programas de investigación en Salud, que casi siempre resultan muy lastimados.
Pero volviendo al Conacyt y describiendo estrictamente los hechos, el recorte ahora es el doble respecto del primer ajuste del año. Si se suman los recortes realizados hasta ahora, suman ya 2 mil 700 millones de pesos en 2016. Ciencia, tecnología e innovación, son áreas que se han visto favorecidas con incrementos presupuestales en los años anteriores, pues han tenido un crecimiento de 37 por ciento en términos reales respecto de 2012 y se espera que para finales de 2016 el gasto en investigación y desarrollo experimental alcance 0.61 por ciento como proporción del producto interno bruto –según datos dados a conocer por el propio Presidente de la República en la reciente ceremonia de entrega de los premios de la Academia Mexicana de Ciencias y el Premio México–; sin embargo, los ajustes realizados en 2015 y 2016, modifican la tendencia de crecimiento, la enlentecen, y de proseguir así se corre el riesgo de estancamiento.
Recuerdo que en la ceremonia citada en el párrafo anterior, Videgaray ya había anticipado que vendrían más recortes, aunque también ofreció que en el Presupuesto de Egresos de la Federación de 2017 –por instrucciones del presidente Peña Nieto– ciencia, tecnología, innovación y educación superior quedarían protegidas... que así sea.
¿Cómo se aplicará el ajuste al presupuesto del Conacyt?, este debe ser el actual dolor de cabeza del director general del organismo, Enrique Cabrero Mendoza. Ojalá que ahora tenga mayor flexibilidad para actuar respecto de los ajustes anteriores, pues, como se recordará, hace algunos meses llegó a haber una intervención de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados para evitar que el recorte afectara las becas de posgrado.
Lo que quizá sí puede anticiparse, es que el ajuste no tocará al menos dos de los cuatro lineamientos surgidos de la más reciente reunión del Consejo General de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico que fueron anunciados por el Presidente, entre ellos las Cátedras para Jóvenes Investigadores que deberán sumar 2 mil en 2018, así como la creación de cuatro nuevos Centros Públicos y nueve Consorcios de Investigación. Los otros dos puntos son más instables, pues dependerán de la Conferencia Nacional de Gobernadores para aumentar los recursos en los estados, y del sector empresarial para aumentar la inversión privada en CTI.
Y todo esto, ¿será un producto del Brexit?
Para La Jornada Maya en su primer aniversario