Péndulo Cero estrenó la coreografía Un sentido-canal visual
Ofrece una poética de la lengua de señas mexicana, dice su directora
Martes 5 de julio de 2016, p. 7
La nueva propuesta coreográfica de la compañía de danza contemporánea Péndulo Cero, Un sentido-canal visual, es una investigación sobre la poética del movimiento y el gesto implícito en la lengua de señas mexicana (LSM).
La obra, que se estrenó en la sala de usos múltiples del Centro Estatal de las Artes Tijuana (Ceart), muestra cómo la danza escondida en la lengua de señas remueve el impulso creativo de los integrantes de esa agrupación.
Está dirigida al público de la comunidad sorda, pero también el oyente tendrá una experiencia única de movimiento, pulsación y sonoridad.
En entrevista con La Jornada, Miroslava Wilson, codirectora de Péndulo Cero –junto con Carlos González– explica que la idea de la obra es del bailarín y coreógrafo Salvador Corona, quien ha estudiado la lengua de señas y se interesó por la expresividad y sensibilidad de la comunidad sorda, así que compartió su inquietud con los integrantes de Péndulo Cero y desarrollaron ese proyecto.
Investigamos y nos adentramos en la comunidad sorda que es fascinante por su hipersensibilidad, la capacidad de percepción y esa tremenda corporalidad y expresividad porque es su herramienta de comunicación, y el año pasado hicimos un laboratorio de investigación que son las salas de urgencia en las que convivimos con personas de esa comunidad en su casa y escuelas.
Inmersión en la dactilología
Miroslava Wilson comparte que en la lengua de señas no existe la palabra danza contemporánea y que la comunidad asigna una seña a cada persona, que no es su nombre. Después de crear la acción artística, inspirada en gestos y en la LSM, se les cuentan tres historias sencillas mediante el cuerpo.
La coreógrafa dice que después de ese acercamiento con la comunidad sorda, Péndulo Cero seguirá abriendo espacios a otros grupos.
Según Wilson, integrar el LSM a una obra dancística les permitió valorar y hacer una inmersión en la cultura de la dactilología, pues durante el proceso creativo convivieron con familias de la comunidad sorda y fue así como elaboraron los diferentes cuadros de la coreografía que estrenaron el pasado viernes.
La obra realizada por Salvador Corona, en colaboración con David Mariano, Iliana Jiménez, Miroslava Wilson y Carlos González, acerca la danza a la comunidad de sordos gracias al apoyo de Adriana Ramírez de intérprete de LSM, y de José Antonio Castro, quien facilitó mayor entendimiento de la expresividad y espacialidad del lenguaje de señas.
Los directores de esa compañía independiente, Miroslava Wilson y Carlos González, explican que la coreografía es un homenaje a la comunidad sorda.
La propuesta de Péndulo Cero contó con el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.