Cuidar, preservar y defender los patrimonios histórico y cultural del país debe ser una labor colectiva de todos los niveles de gobierno, así como de la sociedad civil, no sólo de una institución, sostuvo el pasado martes Ernesto Becerril Miró, secretario de la sección México del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos, por sus siglas en inglés).

Es un trabajo compartido. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), solo, no va a poder con el patrimonio cultural de este país, además de que no tiene facultades para ello. Cuando se habla de una ciudad, por ejemplo, tenemos que referirnos a usos del suelo, vialidad, movilidad, agregó el experto en políticas y gestión culturales.

Entrevistado en un receso de la mesa Autenticidad e integridad en los paisajes urbanos históricos, organizada por el INAH en el Castillo de Chapultepec, el también doctor en derecho afirmó que uno de los mayores problemas relacionados con la protección de esta riqueza es la inexistencia de vínculos y entendimientos entre autoridades de diferentes niveles de gobierno.

Tenemos un diálogo roto, porque no hablamos el mismo idioma. Parte de la tarea de las autoridades culturales es comenzar a difundir y lograr traer este lenguaje a las personas y las autoridades y que podamos hablar de lo mismo, dijo.

El Paseo de la Reforma es ejemplo brillante de esto, porque, ¿qué entendemos por modernidad? Para muchas autoridades significa llenarlo de rascacielos y decir que ya somos una ciudad de primer mundo, cuando eso no es cierto; las ciudades de primer mundo respetan profundamente sus zonas históricas y luego se expanden y se vuelven modernas, contemporáneas.

Medios de defensa legales

De acuerdo con Ernesto Becerril, existen casos muy preocupantes en lo concerniente a la destrucción o la afectación del patrimonio cultural, entre los que señaló la construcción de enormes edificios en Paseo de la Reforma y la instalación de un teleférico en el centro de Puebla.

Respecto de la avenida de la capital de la República, que une el Castillo de Chapultepec con el Centro Histórico, precisó que la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Urbanístico Arquitectónico para la Ciudad de México la declara un corredor cultural automáticamente protegido, y lo que se debe pedir a las autoridades del gobierno local es que cumplan con esa obligación.

Algo que necesitamos hacer valer, y que no se ha hecho, son estos medios de defensa legales; por ejemplo, el amparo que puede demandar cualquier ciudadano de la Ciudad de México contra de esas obras. Son cosas a las que no estamos acostumbrados.

El especialista también se refirió a la alteración del paisaje en el Espacio Escultórico de la Universidad Nacional Autónoma de México con la construcción de un edificio en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales; incluso comentó que Icomos-México ofreció al rector de la máxima casa de estudios servir de instancia de mediación y estudio, aunque aún no reciben respuesta.