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Desigualdad, criminalidad, basura, contaminación y migración figuran en el debate

Exploran en la Bienal de Arquitectura los escollos de la sociedad del siglo XXI

Pugnan por un papel activo de esa disciplina para el mejoramiento de la vida de las personas

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Escuela primaria flotante, creada por el nigeriano Kunlé Adeyemi, ganador del León de Plata en la edición 15 de la Bienal de Arquitectura que se desarrolla en Venecia. Se exhibe en el Arsenal y es parte del proyecto Lagos water communitiesFoto NLÉ
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Jueves 23 de junio de 2016, p. 4

Venecia.

Los grandes nudos de la sociedad del siglo XXI están puestos sobre la mesa de la edición 15 de la Bienal de Arquitectura: desigualdad, criminalidad, tráfico, basura, contaminación, migración, periferias, segregación y desastres naturales.

La bienal de Alejandro Aravena (Santiago de Chile, 1967), que concluirá el 27 de noviembre, es combativa, progresista y clama por un papel activo de la arquitectura para el mejoramiento de las condiciones de vida del ser humano en medio de una crisis global sin precedente.

Esa densidad de los temas la convierten en un foro interesante no sólo para los especialistas, sino para el público en general.

El curador ha reunido casi 90 despachos de arquitectos de todo el mundo que trabajan en esa dirección, muchas veces en proyectos que se perciben frescos o ejemplares por su sentido ético, su sensibilidad en temas socialea y ecológicos, o por la capacidad de proponer soluciones con un mínimo de recursos.

La arquitectura baja de su pedestal y se conecta con las necesidades primarias de las personas comunes, se pone al servicio del interés colectivo. Por la fuerza y congruencia con la que se desarrolla, esta bienal pudiera ser recordada como el epitafio del neoliberalismo.

Fracaso del neoliberalismo

Al tiempo en que fue inaugurada la Bienal de Arquitectura, el Fondo Monetario Internacional –expresión viva del ultracapitalismo– emitió un reporte en el cual, aunque con tibieza, aceptaba el fracaso del neoliberalismo, responsabilizándolo por el empobrecimiento y la desigualdad de millones de personas (Neoliberalismo: ¿sobrevendido?).

La presencia de un curador chileno asume en ese contexto un simbolismo vigoroso. El Chile de Augusto Pinochet fue pionero del neoliberalismo a principios de los años setenta del siglo pasado, modelo que se adoptó en el resto del mundo un decenio después. La miseria planificada (denominación de Rodolfo Walsh) no dejó más que una política del terror con miles de muertos, desaparecidos y sobre todo pobres, a cambio de un sitio mediocre en la economía mundial actual (ese país ocupa el lugar 45).

Paradójicamente, de nuevo un chileno anuncia un cambio de era mediante la arquitectura, una reacción a los enormes problemas heredados, cuyo núcleo es la desigualdad: 99 por ciento de la riqueza mundial está en manos de uno por ciento de multimillonarios (reporte de Oxfam, enero de 2016).

Aravena no es idealista, sino un pragmático apoyado por el poder: su despacho Elemental no es una ONG, sino una empresa asociada a la Universidad Católica de Chile y a la compañía petrolera nacional Copec (grupo Angelini).

Aunque heterogénea, esta bienal de arquitectura no debe confundirse con una propuesta underground antisistema, sino hay que verla como una adaptación a las nuevas necesidades.

La finalidad puede inferirse de las motivaciones de los premios entregados: capacidad para realizar buenos proyectos con bajo presupuesto (León de Oro al Pabellón español); habilidad de un despacho de combinar diseño, material local y trabajo de obreros no cualificados, en comunidades donde se practica la autoconstrucción (León de Oro por mejor participación, a Gabinete de Arquitectura-Paraguay).

La centralidad en apoyar la educación aun en los lugares más inaccesibles (ya sea a NLÉ, Kunlé Adeyemi-Holanda, como al Pabellón peruano). El fortalecimiento de la vida colectiva (mención especial como Participación Nacional a Japón) y la integridad en la práctica de la profesión para la transformación de la cotidianidad en proyectos que permanezcan a pesar del paso del tiempo (Maria Giuseppina Grasso Cannizzo, Italia).