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Carmen Boullosa y Mike Wallace dan a conocer su libro Narcohistoria, publicado por Taurus

Documentan un siglo de políticas fallidas de México-EU frente al problema de las drogas
 
Periódico La Jornada
Viernes 3 de junio de 2016, p. 6

La historia de un siglo de políticas gubernamentales fallidas que explican cómo Estados Unidos y México crearon, juntos, la denominada guerra contra las drogas, que implican intereses no sólo económicos sino también cuestiones de racismo y migración, se documenta en el libro Narcohistoria.

Esa obra es resultado de la investigación desarrollada por la escritora, ensayista y poeta mexicana Carmen Boullosa y el historiador estadunidense Mike Wallace.

Se trata de exponer y confrontar que la narcoviolencia no es un problema reciente y de exclusiva responsabilidad para ser resuelto por México, sino un fenómeno complejo cuyo origen y principal causa fue la decisión del gobierno estadunidense, tomada a principios del siglo XX, de prohibir el consumo de drogas a sus ciudadanos, explicaron los autores en la presentación del libro.

Esa prohibición provocó que los consumidores de drogas recurrieran al mercado negro. El gobierno estadunidense no tuvo, en aquel entonces, la voluntad o la manera de detener la importación, y orilló al gobierno de México a servirle de socio menor en lo que fue el primer proyecto prohibicionista, con resultados desastrosos y cuyas consecuencias han sido el encarcelamiento de afroamericanos e hispanos por delitos menores, en Estados Unidos, mientras en México el precio ha sido mayor.

En los recientes 16 años, señaló Boullosa, en México ha habido más de 150 mil muertos y decenas de miles de desaparecidos y más de 2 mil decapitados, más que en Irak.

La narcoviolencia y lo ocurrido a los 43 normalistas en Iguala, Guerrero, hicieron que la ensayista y el historiador, premio Pulitzer por el libro Gotham, se propusieran rebatir que los horrores causados por esa violencia no es un problema que sólo México debe solucionar, como equivocadamente se piensa, sino que se debe a una serie de políticas fallidas de ambos países, sobre todo por el prohibicionismo y la criminalización de las drogas en Estados Unidos, motivado por intereses económicos, racistas y migratorios.

La criminalización de las drogas por el gobierno de EU, explicó Wallace, en un principio se debió no tanto a los efectos de las mismas, sino con la finalidad de reprimir más a un determinado grupo racial.

En México, añadió Boullosa, se decía que si alguien se fumaba un churro, iba a salir a la calle a robar o asesinar.

En los años 60 del siglo pasado, durante el movimiento Amor y paz, se consideró a la mariguana como parte de esa iniciativa. El mercado se incrementó y el nuevo miedo y enemigo fueron los jóvenes y los estudiantes.

Presidentes como Nixon, Reagan, Bush, Díaz Ordaz, Fox y Calderón intentaron sustentar una política prohibicionista, cuyos resultados son un desastre, comentaron los autores.

Basados en una amplia bibliografía, así como en documentos periodísticos, Boullosa y Wallace explicaron que el estudio es un recorrido cronológico por un siglo de relaciones México-Estados Unidos, centrándose en los intentos por reprimir el consumo y el comercio de drogas que van de 1910 a 2012.

Publicado por la editorial Taurus, Narcohistoria es un relato originalmente dirigido al lector estadunidense, que sólo conoce pedazos muy aislados de esa historia y no tiene idea de la dimensión del problema y sus consecuencias: 150 mil muertos y millares de desaparecidos. La imaginación no les alcanza, la mente se les obnubila, dijo Wallace.

Nuestra tarea fue dejar bien claro a los gringos, que Estados Unidos es parte originaria de la crisis y violencia que se vive.

El libro, indicó Boullosa, también aborda cómo la denominada guerra contra las drogas impacta de manera devastadora –por la corrupción y la impunidad– en el sistema judicial de México. Para concluir, se proponen alternativas con la finalidad de resolver ese problema, como es descriminalizar del uso y la producción de mariguana, es decir, legalizarla y que las adicciones sean tratadas como asunto de salud y no como un crimen.