En la recta final del proceso electoral en curso y en medio de un intenso cruce de acusaciones y descalificaciones, sobre todo en los estados donde hay empate técnico en la intención de voto en favor de los aspirantes, los partidos políticos iniciaron este fin de semana el cierre de campaña de sus candidatos.

Aunque se estima que el 5 de junio habrá una baja participación ciudadana, 27 millones de electores están convocados a las urnas en 14 estados, para elegir más de mil 300 cargos públicos, entre ellos 12 gobernadores, 965 alcaldes, 239 diputados locales de mayoría relativa y 149 de representación proporcional.

Destacan los comicios de la Ciudad de México, donde se elegirán 60 de los 100 diputados a la Asamblea Constituyente, que se encargarán de elaborar la primera Constitución de la entidad.

Las elecciones costarán casi el doble que las de hace seis años. Tan sólo la de los constituyentes representará 490 millones de pesos, de los cuales 115 millones fueron entregados a los partidos políticos para sus campañas, excepto Morena, que renunció a la prerrogativa en protesta.

Entre los presupuestos solicitados por los organismos públicos locales, que ascienden a 6 mil 56 millones, y el destinado por el Instituto Nacional Electoral, alrededor de mil 307 millones de pesos, el costo de la democracia para los comicios en los 12 estados donde se renovarán las gubernaturas será de 7 mil 363 millones de pesos.

Los estados que más gastarán serán Veracruz y Puebla, donde se elegirán minigubernaturas de dos años. Se estima que el proceso veracruzano costará por lo menos mil 163 millones de pesos y el de Puebla, 658 millones, según cifras de las autoridades electorales.

Sin embargo, de los 4 mil 41 aspirantes registrados para las elecciones locales, 67 por ciento (2 mil 713) no había presentado su reporte de ingresos y gastos de campaña, según el informe de principios de mayo del INE.

A ocho días de los comicios, las campañas negras se han recrudecido en los estados con el mayor número de empadronados, como Veracruz, y donde se registra un empate técnico en las preferencias electorales. En este último escenario se encuentran otra vez Veracruz –donde se espera una votación de tercios–, Aguascalientes, Durango, Tamaulipas, Tlaxcala y Quintana Roo. Entre las acusaciones que se han registrado contra los candidatos se encuentra la de estar ligados al narcotráfico, tener una riqueza inexplicable, haber hecho fortuna al amparo de gobernadores en turno, y pederastia.

En medio de las descalificaciones, las fuerzas políticas también han presentado denuncias ante la Fiscalía Especializada para Delitos Electorales por desvío de recursos públicos o uso electoral de programas sociales. Por ejemplo, las interpuestas por el PAN contra funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Social de Veracruz.

Los partidos llegan a esta etapa del proceso electoral con defecciones importantes. Por ejemplo, en Zacatecas, perredistas y priístas se sumaron a la campaña del aspirante de Morena a la gubernatura, David Monreal; mientras en Tamaulipas militantes del PRD y del PRI se fueron con el abanderado del blanquiazul, Francisco García Cabeza de Vaca.

En Chihuahua integrantes de Morena y del PRD dieron su apoyo a la candidatura del panista Javier Corral al gobierno y en Quintana Roo miembros del tricolor renunciaron a su partido para respaldar la candidatura aliancista de Carlos Joaquín. En la mayoría de estos casos, los militantes abandonaron los institutos políticos inconformes por la imposición de candidatos.

Para los cierres de campaña, los dirigentes nacionales de las distintas fuerzas acompañarán a sus respectivos candidatos. El presidente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, estuvo ayer en Quintana Roo y la Ciudad de México; el del PRD, Agustín Basave, acompañó a los de Hidalgo y Puebla, y el panista, Ricardo Anaya, estará mañana en Tlaxcala y Veracruz.