El PRD capitalino exigió a Petróleos Mexicanos (Pemex) información precisa sobre las cantidades, costo y países de las que se importan gasolinas, así como el tipo de normas que cumplen y las evaluaciones que se han realizado para determinar las afectaciones a la salud de la población derivadas de su uso.

El presidente del partido, Raúl Flores García, acudió ayer a las oficinas de la empresa paraestatal a entregar un escrito dirigido a su titular, José Antonio González Anaya, en el que recordó al funcionario que una función primordial del Estado es garantizar la seguridad de las personas y una amenaza que nos pone en riesgo es la contaminación atmosférica.

Es un problema en el que, dijo, contribuyó la reforma energética, que entre sus efectos perniciosos se encuentra un acelerado retroceso en la inversión y el desmantelamiento de las refinerías; falta de control en los procesos del producción de combustibles, los cuales deben importarse, así como suprimir la facultad del gobierno local para vigilar los sistemas de recuperación de vapores en estaciones de servicio.

Refirió que el Instituto de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM informó que la calidad de las gasolinas no ha mejorado desde 2006 y que Pemex se amparó contra la norma NOM-86 de la Semarnat, relativa a la calidad de los combustibles, que la hubiera obligado a importar gasolinas con bajo contenido de azufre y construir plantas hidrodesulfuradoras para inyectar hidrógeno a las gasolinas.

El también diputado de la Asamblea Legislativa consideró viable el planteamiento del Centro Mario Molina de generar un impuesto vehicular con el fin de desincentivar su uso, pero insistió en que aplicar una medida sólo para la ciudad no resuelve la situación en los municipios mexiquenses donde hay un parque vehicular más antiguo.

Llamó a la Comisión Ambiental de la Megalópolis, que trabaja en la elaboración de la norma emergente de verificación vehicular que se aplicará a partir de 1° de julio, a tomar en cuenta la advertencia del Centro Mario Molina de que el sistema de lectura de las emisiones en las computadoras de los vehículos es manipulable.