Sociedad y Justicia
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Difieren cifras oficiales sobre mexicanos en la actividad

Femenina, la mayor parte de la mano de obra indígena artesanal: Fonart
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En imagen de archivo, la veracruzana Leocadia Cruz Gómez, ganadora del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2006 en la categoría de artes y tradiciones popularesFoto Carlos Tischler
 
Periódico La Jornada
Domingo 15 de mayo de 2016, p. 30

De siete de la mañana a dos de la tarde, Martha Santiz Hernández, tzotzil de 32 años, no para de tejer en el telar de cintura; hay que aprovechar la luz del día. El resto de la jornada hace tortillas y todas sus labores domésticas, en Aldama, Chiapas.

Las dependencias gubernamentales no se ponen de acuerdo en el número de mexicanos que se dedican a esa actividad. Más de ocho millones, calcula el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi); más de 10 millones, reconoce el Fondo Nacional para Fomento a las Artesanías (Fonart).

En lo que no hay duda es que la producción artesanal es altamente femenina, pues 70 por ciento proviene de mujeres, afirma en entrevista Liliana Romero Medina, directora general del Fonart. La mayoría habita en zonas rurales y pobres, asevera.

Cuando en los censos les preguntan a qué se dedican, responden: ama de casa. Por esa razón varían las cifras, explica Romero Medina. Se identifican con lo que socialmente están etiquetadas y muchas no se asumen como artesanas y generadoras de dinero, sobre todo cuando lo hacen desde el hogar, agregó.

Santiz habla tzotzil y muy poco español; vive en uno de los municipios indígenas los más pobres del país. No sé para dónde se fue el papá de la niña, dice buscando las palabras. Es madre soltera de una pequeña de 10 años, a quien mantiene con las ganancias de la venta de sus productos textiles.

Estudió algunos años de primaria y desde que era niña aprendió a tejer en telar, junto con su hermana Apolonia. Su mamá y su abuela les enseñaron; ya no pueden trabajar debido a su avanzada edad, 80 y 100 años, respectivamente.

Un tapete que Martha tejió y bordó será reconocido próximamente con el galardón Especial Mejor Pieza de Innovación con Tradición, en el contexto de la entrega del Premio de Arte Popular 2016, para la cual aún no hay fecha.

Tardó cuatro meses en elaborarlo. Mientras más bueno sea mi trabajo gano más, expresó. Hacer un huipil le toma un año y lo vende, dice, en 25 mil pesos. La cooperativa Sna Jolovil, en San Cristóbal de las Casas, se encarga de comercializar las piezas de las hermanas Santiz. Dedicarse a la artesanía permite, particularmente a las mujeres, hacerlo desde su hogar. Esa actividad contribuye a la cohesión familiar y evita la migración, siempre y cuando tengan dónde vender, precisa la directora de Fonart.

Las artesanías más producidas son alfarería, textil y fibras vegetales. “En la primera hay muchos hombres, pero en los otros dos son mujeres, principalmente quienes las realizan. El aporte de esta actividad a la economía no se puede medir, pues casi todo está en la informalidad.