Río de Janeiro.

Sesenta por ciento de la Cámara de Diputados de Brasil estaría en favor del proceso de impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff, indica un sondeo del Instituto Datafolha publicado ayer.

Trescientos ocho de los 513 diputados que componen la cámara baja del Congreso nacional estarían dispuestos a votar en favor de la destitución de la mandataria brasileña. No obstante, la cifra no es suficiente para consumar lo que muchos llaman golpe parlamentario, ya que para eso se requieren 342 sufragios.

El Instituto Datafolha indicó que los incondicionales de la lideresa del Partido de los Trabajadores sumarían 21 por ciento de diputados, equivalentes a 108 sufragios, lo cual sería insuficiente para bloquear el proceso, pues a la presidenta le faltarían 64 votos para obtener un total de los 172 necesarios.

El porcentaje de diputados indecisos alcanza 18 por ciento, lo que podría inclinar la balanza hacia cualquiera de los dos lados.

La encuesta únicamente se basó en el testimonio de 291 legisladores, por lo que las conclusiones podrían ser equivocadas.

Respecto del Senado, la encuesta reveló que 55 por ciento apoyan el impeachment, mientras 24 por ciento se mostraron claramente en contra. Estos tampoco son datos fiables, ya que el sondeo estuvo basado en 68 de los 81 miembros del Senado.

Rousseff expresó su esperanza en que los Juegos Olímpicos sirvan para apaciguar las tensiones en el país.

En ese contexto, el fiscal general brasileño, Rodrigo Janot, recomendó el jueves que el Supremo Tribunal Federal bloquee el nombramiento del ex mandatario Luiz Inacio Lula da Silva como ministro del gabinete, ya que la medida buscaría interrumpir la investigación que se adelanta en su contra como parte de un amplio entramado de corrupción en la estatal Petrobras.

Rousseff designó a Lula jefe de gabinete en marzo, nombramiento visto como maniobra para proteger a su mentor político de un posible arresto en el marco de la investigación del presunto pago de sobornos por contratos en Petrobras.

Como miembro del gabinete, Lula sólo podría ser investigado por la Corte Suprema de Brasil.

Gilmar Mendes, magistrado de la Corte Suprema, suspendió temporalmente el nombramiento de Lula, al argumentar que dicha designación ayudaría al ex mandatario a evadir sus problemas legales.

Se espera que el 20 de abril la Corte confirme la suspensión decretada por Mendes.

Janot dijo que hay una desviación en la finalidad del nombramiento de Lula, que podría entorpecer el avance de la investigación penal.

Los fiscales indagan si las remodelaciones a un apartamento de lujo en la playa, en el estado de Sao Paulo, así como las realizadas a una casa de campo, inmuebles usados por la familia de Lula, fuero por favores a cambio de que Lula usara su influencia política.

Se presume que las modificaciones de ambos lugares fueron pagadas por empresas de construcción que por décadas han tenido contratos con el gobierno federal brasileño.

Esas compañías también están siendo investigadas en el contexto de la operación Lavado rápido, que indaga si desde Petrobras se otorgaron contratos a cambio de dinero.

La recomendación de Janot fue hecha ante la Corte Suprema días antes de que la cámara baja de Brasil decida votar si va a comenzar un juicio político contra Rousseff, acusada de manipular rubros presupuestales para que su gobierno aumentara el gasto para conseguir votos en las elecciones presidenciales de 2014.