La conferencia magistral Patrimonio cultural inmaterial en México, programada para el segundo día de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, de último momento no fue impartida por Diego Prieto Hernández, nuevo secretario técnico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien sustituye a César Moheno –éste pronto ocupará un cargo en la naciente Secretaría de Cultura federal, se dice–, debido a un compromiso con Teresa Franco, titular de la institución.

La tarea recayó en el sociólogo José Antonio Machuca, quien lamentó la ausencia de Prieto Hernández, “conocedor muy a fondo de la problemática del patrimonio cultural, en particular en lo que se refiere al estado de Querétaro. Además, ha sido partícipe de varios de los avances importantes que se han llevado a cabo junto a Elsa Mendoza –aquí presente– en relación con los procesos de digitalización que se han instrumentado para mejorar las técnicas de acopio y preservación del patrimonio cultural de las localidades, que tienen que ver con esta proclamación que se hizo de la región donde se encuentra la Peña de Bernal”.

Machuca ofreció un recuento de algunos elementos que tienen que ver con aspectos álgidos, que tienden a definir la problemática, no sólo del tema del patrimonio, sino que van configurando la relación con esta expresión del patrimonio en torno al que ahora está saliendo una serie de proclamaciones de patrimonialización de bienes y expresiones culturales.

Por ejemplo, proliferan demandas para que los bienes y expresiones culturales sean inscritas en las listas, ya sea de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como instancia de peso, si no, en las listas por lo menos del inventario del patrimonio cultural nacional. Esta situación tiene que ver mucho con la necesidad del reconocimiento de estos bienes porque expresan la identidad.

El investigador y docente se refirió a la noción de patrimonio cultural e inmaterial en la más reciente evaluación hecha en la convención al respecto de la Unesco en 2003, en el sentido de lo que se ofrece ahora como retos relevantes para las políticas patrimoniales internacionales.

Uno se vincula con los esfuerzos de sustentabilidad que se extiende a lo cultural y no se limita a lo económico, que abarca el ámbito de la diversidad ambiental y permite hablar del patrimonio biocultural, por ejemplo, y al aspecto de la alimentación.

También habló acerca de los temas de tipo territorial y de derechos culturales.

Al término de su intervención, Machuca dijo: Tienen razón los que plantean que el patrimonio es un ámbito de disputa por distintos sectores, eso sin olvidar que esa riqueza constituye un tema de la cultura nacional.