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Incumplir las medidas de seguridad en el reclusorio, entre los cargos

Acusan a directivos del penal neoleonés del homicidio de las 49 personas
Corresponsales
Periódico La Jornada
Domingo 14 de febrero de 2016, p. 14

Gregoria Salazar Robles y Jesús Fernando Domínguez Jaramillo, hasta el viernes directora y comisario de administración penitenciaria del penal de Topo Chico, en Nuevo León, fueron acusados este sábado de ser los autores materiales de la muerte de 49 reos, ocurrida la madrugada del jueves, al no guardar las debidas medidas de seguridad en el reclusorio que tenían a su cargo.

De acuerdo con Carlos Cruz de Hoyos, fiscal del Ministerio Público, los ex funcionarios son responsables de homicidio calificado, tráfico de droga, cobro de piso y de los privilegios que algunos reos tenían, entre ellos deambular libremente día y noche en lugar de estar en sus celdas, algunas de las cuales no tenían candados.

Cruz de Hoyos señaló que en el enfrentamiento se utilizaron bates y varillas, objetos prohibidos en el penal.

Ambos funcionarios fueron detenidos la tarde del viernes junto con el celador José Reyes Hernández Aguilar, quien está acusado del homicidio de un reo por disparar su arma de fuego durante la batalla de la noche del miércoles y madrugada del jueves.

Sin embargo, su situación jurídica queda pendiente.

Aunque los tres acusados fueron ingresados en el mismo penal de Topo Chico, el juez Miguel Ángel Eufracio ordenó su traslado a las celdas del municipio de Monterrey ubicadas en el parque Alamey, por cuestiones de seguridad.

Roberto Flores Treviño, procurador de Justicia del estado, informó que de los cuatro cuerpos que estaban en calidad de desconocidos, dos fueron identificados como Ricardo de Jesús Espinoza Beltrán y Roberto de Jesús Martínez Govea, pero no pudieron ser calificados como internos del penal. Aún no se saben los motivos por los que se encontraban ahí y tampoco si contaban con antecedentes penales.

Mientras, elementos de la Policía Federal (PF), del Ejército y la Marina concluyeron la reubicación de 233 presos por delitos federales a otros penales del país con el propósito de desahogar la sobrepoblación de 3 mil 800 prisioneros en Topo Chico.

La noche del viernes, 87 reos que participaron en la masacre, ingresaron al Centro Federal de Reinserción Social (Cefereso) 9, 30 kilómetros al sur de Ciudad Juárez, Chihuahua, adonde fueron reubicados.

Los reos fueron trasladados vía aérea a Juárez, y de allí al penal en camiones blindados. Las autoridades carcelarias informaron que esperan los expedientes de estos reos para analizar en qué secciones y dormitorios serán ingresados para evitar nuevas riñas.

Otros 60 reos del penal de Topo Chico arribaron el viernes en un avión de la PF al aeropuerto de Tapachula, Chiapas, de donde fueron trasladados en vehículos al Cefereso 15, en el municipio de Villa Comaltitlán, adonde ingresaron la noche del mismo día.

Durante el recorrido de 50 kilómetros por tierra del aeropuerto al penal, policías y militares se encargaron de la vigilancia. Fuentes oficiales afirmaron que los internos están acusados de extorsión, secuestro, homicidio, tráfico de armas y drogas, entre otros delitos.