Paso del Macho, Ver.

A 93 kilómetros de Tierra Blanca, entre cañales que abastecen el ingenio El Potrero, en el municipio de Paso del Macho, madres de desaparecidos, integrantes del Colectivo Solecito, comenzaron la búsqueda de sus hijos.

Las mujeres, procedentes de Córdoba, Amatlán de los Reyes y Potrero, exploraron el camino que conduce de la carretera estatal Córdoba-Veracruz al ingenio El Potrero. A unos 100 metros de las vías del tren que pasa por el lugar, una entrada de terracería las llevó a un terreno en el que hay un jagüey en el centro.

Desde la vereda que comunica con el ingenio, el jagüey es casi imperceptible. El cañal, de metro y medio de alto, oculta el cuerpo de agua. Sólo seis árboles de mango, sembrados en hilera, a la derecha de la represa, destacan a lo lejos.

Acompañadas por personal de la policía ministerial de la Fiscalía General del estado, las mujeres –algunas instruidas por organizaciones de Guerrero en búsqueda y hallazgo de fosas clandestinas– se internaron en el predio.

Rodearon el jagüey, caminaron por debajo de la hilera de mangos y recorrieron 200 metros. No tuvieron que hacer mucho esfuerzo. En el sitio encontraron ropa interior de diferentes tallas, de hombres y de mujeres, así como tenis y un short.

En la búsqueda que emprendieron desde que desaparecieron sus cinco hijos en Tierra Blanca, luego de ser detenidos por agentes de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, el pasado 11 de enero, desconocidos les informaron de manera anónima sobre la existencia de dos cementerios clandestinos en esa región de Veracruz.

Según los informantes, en el primer sitio del recorrido miembros del cártel de Los Zetas, en 2009-2014, asesinaba a sus víctimas bajo el mangal, quemaban los cuerpos en tambos con diésel y agua y tiraban los restos en el jagüey.

Con las evidencias recogidas, las mujeres se trasladaron a un segundo punto conocido como El Escape: una parcela sin siembra de caña, con zacate de casi un metro de altura, un jagüey en la entrada y montículos de tierra removida hasta el fondo.

Ante la mirada escéptica de los policías ministeriales, las señoras se introdujeron al predio. Llegó un momento en que la desesperación llevó a dos a hincarse y escarbar con las manos.

En ninguno de los sitios fue posible localizar restos humanos. Sin embargo, pidieron que la fiscalía estudie las evidencias halladas y se analice la pertinencia de regresar al sitio con equipo especial.