A una semana de que el papa Francisco arribe a México, las obras de remozamiento de la Catedral Metropolitana registran un avance superior a 50 por ciento y serán concluidas en tiempo y forma el 10 de febrero, tres días antes de que el pontífice visite ese recinto.

Así lo aseguró ayer el director de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura del gobierno federal, Raúl Delgado Lamas, durante un recorrido con los medios de comunicación para constatar el adelanto de los trabajos que se iniciaron hace unos días.

El titular de la Secretaría de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa, rechazó que se trate de una limpieza por encimita, superficial, como le preguntaron los reporteros, y sostuvo que el inmueble es sometido a un programa permanente de conservación, el cual ha comprendido en años recientes una inversión de unos mil millones de pesos.

Entrevistado como parte del recorrido, aclaró que las obras actuales atienden aspectos muy específicos para la reunión semiprivada que el Papa sostendrá allí el día 13 con los 130 obispos del país.

Hay todo un equipo de restauradores, arquitectos, conservadores que son residentes; aquí tienen sus oficinas. Los requerimientos muy específicos que nos pidió el cardenal (Norberto Rivera) para esa reunión se atienden en el marco de un trabajo infinitamente más amplio, agregó.

Inversión de unos 250 mil pesos

Tovar y de Teresa precisó que los cerca de 250 mil pesos que requiere la actual intervención provienen de la Secretaría de Cultura, de una partida específica para eventualidades en el programa de atención permanente a la Catedral.

Los trabajos de remozamiento con miras a la visita del pontífice consisten en una limpieza integral del inmueble, que incluye el retiro de flora parasitaria de la fachada principal y el mantenimiento de las puertas de madera que dan hacia la plancha del Zócalo, con aceites de cedro, linaza y cera de abeja, fórmula tradicional utilizada en México.

En la parte exterior se reparan las rejas de acceso, las cuales se deforman por los hundimientos del suelo, y se hacen adecuaciones en una de las ventanas arqueológicas que están en el atrio, para no obstruir el recorrido del Papa.

El equipo integrado por unos 60 especialistas –entre arquitectos, restauradores y técnicos– trabaja en la pintura de las escalinatas de acceso a las torres, así como en el patio norte, donde se encontraba el antiguo seminario conciliar, demolido en 1933; ahí, Francisco se reunirá el día 13 con líderes de las otras asociaciones religiosas registradas en México.

En el interior se hacen trabajos de limpieza de las pilas bautismales ubicadas a la entrada de algunas capillas. Lo mismo ocurre en la sacristía, conocida como la Sixtina mexicana, por la cantidad de obras artísticas que guarda, destacó Delgado.

Se limpian algunos óleos y arregla el lavatorio, donde hay una pieza de mármol blanco que se está reparando, indicó. Además se practicará limpieza a la malla que resguarda la cúpula principal, la cual sufre desprendimiento en los aplanados a causa de la humedad y filtraciones.

La Catedral requiere más acciones, pero en este momento sólo es un plan inmediato para atender el tema de la visita papal. Son medidas de conservación básicas, esenciales y necesarias para posibilitar esta ilustre visita, dijo el responsable de Sitios y Monumentos.

Raúl Delgado rechazó que se trate de una manita de gato y dijo que desde 1859 no se ha dejado de atender a la Catedral por el gobierno federal. Es el monumento religioso más emblemático del país, por su envergadura y por la cantidad de obras artísticas que guarda, son más de mil bienes culturales, y su propia arquitectura.

Labores a marchas forzadas

Hugo Valdemar Romero, director de comunicación social de la arquidiócesis de México, expresó su beneplácito por el remozamiento de la Catedral Metropolitana, que realiza la Secretaría de Cultura, en vísperas de la visita del Papa.

No obstante, precisó, hubiera sido preferible haber empezado antes para, por ejemplo, tener lista la cúpula central; así hubiera lucido la Catedral en todo su esplendor.

Dijo a La Jornada que fue el lunes primero de febrero cuando empezaron las labores de remozamiento, las cuales por los escasos días que restan para que el pontífice encabece una reunión con los obispos del país en ese templo (el sábado 13) no podrán ser a fondo en algunos espacios que requieren mayor atención.

Están trabajando a marchas forzadas, pero con buen número de personal. Existe un compromiso. El programa que hicieron es bueno. Estamos de acuerdo en que todo estará listo para cuando llegue el Papa. Estamos contentos que se haya atendido (la petición hecha la semana pasada), más vale tarde que nunca, señaló Valdemar.

En cuanto a la reparación de la cúpula central que se está descascarando debido a la humedad, dijo que por falta de tiempo la malla que se puso para evitar la caída a las bancas de material, no se puede retirar, sólo van a limpiarla, porque ahí están los pedazos de yeso (que se han desprendido). No la van retirar por el riesgo de que se caiga una pedazo de yeso sobre los obispos; se ve horrible, pero es preferible a que haya un descalabrado.