Una de cada dos operaciones aéreas se retrasa en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Mientras en 2011 el índice nacional de puntualidad era de 85 por ciento, en julio de este año la cifra bajó a 55 por ciento. El mayor número de retardos ocurren en temporadas vacacionales.

De acuerdo con Víctor Hugo Valdés Cervantes, especialista en gestión estratégica y políticas de desarrollo de la Universidad Anáhuac, las aerolíneas tienen por ley 15 minutos para despegar o aterrizar. Sin embargo, debido a la saturación de vuelos, la mayoría no cumple estos estándares.

El académico advierte además que las tarifas en el AICM son hasta 60 por ciento más altas que en otras terminales aéreas del país, por –entre otras causas– la salida de operaciones de Mexicana de Aviación y sus filiales.

En la actualidad, la capacidad del AICM es de 61 operaciones por hora con máximo de 40 llegadas, con separación de 4 millas náuticas. Las aerolíneas nacionales de bajo costo, como Volaris, realizan en promedio hasta 3 mil vuelos al mes. Le siguen VivaAerobús, con mil 300, y Magnicharters, con no más de 560. El resto de las comerciales llevan a cabo entre 5 y más de 8 mil despegues y aterrizajes en ese mismo periodo.

Según datos de la Dirección General de Aeronáutica Civil sobre calidad de las aerolíneas mexicanas, en el primer trimestre de este año Interjet tuvo 64 por ciento de puntualidad en sus vuelos, Aeroméxico 69, Magnicharters 67, Aeroméxico Connect 63, Aeromar 61, VivaAerobús 54 y Volaris 71 por ciento.

Sin embargo, debido a las demoras, las quejas de los usuarios del AICM son persistentes.

Para Valdés Cervantes, una de cada dos salidas o llegadas nacionales está fuera del rango de 15 minutos. Es un índice muy fuerte de demoras, porque se reduce el cumplimiento en los registros de puntualidad, advirtió.

Por otra parte, según un estudio que se realiza en la Universidad Anáhuac, la demanda del mercado aéreo y la saturación del aeropuerto más importante del país son algunos de los principales motivos del alza de las tarifas.

Los destinos más caros son los que tienen menos concentración de vuelos, más pasajeros y están más cerca del aeropuerto capitalino. Por ejemplo, Poza Rica es uno de los que tiene precio por kilómetro más alto. Lo curioso es que al trazar una línea recta entre esa ciudad y la ciudad de México, no hay ni 300 kilómetros de distancia.