La aplicación del programa integral de la frontera sur, que ha significado el incremento de las fuerzas armadas en esa zona, ha provocado el surgimiento de nuevas rutas de migración que aumentan la vulnerabilidad de los indocumentados centroamericanos, dijo ayer Emilio Álvarez Icaza, secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Por su parte, Omar de la Torre, jefe de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (SG), reconoció que el programa ha tenido cosas negativas y que se creó un ambiente de autoritarismo en el que mucha gente buscó el aprovechamiento de los migrantes.

Ahora no hay claridad sobre lo que sigue del programa, el cual se está revisando con ojos críticos, porque ha causado confusiones negativas.

El especialista y el funcionario participaron en la conferencia La política migratoria mexicana hacia Centroamérica, donde Álvarez Icaza criticó la gestión del gobierno mexicano frente al fenómeno migratorio proveniente de América Central, pues si bien en los foros internacionales defiende a los connacionales en el extranjero y tiene principios de política pública muy importantes, a la hora de su aplicación existe disociación.

En particular, recordó que la CIDH ha externado su alarma frente al programa para la frontera sur, sitio al que se ha trasladado el blindaje migratorio estadunidense.

Agregó que a raíz de la aplicación de dicho proyecto se incrementó la presencia de las fuerzas armadas en la zona, aumentó el número de retenes, se reasignaron más de 300 agentes del Instituto Nacional de Migración y se impidió a los indocumentados abordar el tren que los lleva al norte del México.

Álvarez Icaza destacó también que las detenciones de centroamericanos aumentaron de 86 mil en 2013 a 127 mil en 2014, y en los primeros nueve meses del año se han detenido a 144 mil.

Durante el acto realizado en el Museo de la Tolerancia, con los auspicios del Colegio de la Frontera Norte y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, resaltó que las deportaciones que realiza México de centroamericanos se han duplicado.

Frente a funcionarios, académicos e integrantes de organizaciones sociales, añadió que el secuestro de migrantes se ha convertido en una industria millonaria que se ha institucionalizado. Los secuestradores recurren a métodos sanguinarios para obligar a los indocumentados a proporcionar el número telefónico de algún familiar y exigir el pago por su liberación, relató.

De igual manera, Álvarez Icaza expuso que los centroamericanos han denunciado que los pagos que realizan fluctúan entre 500 y 5 mil dólares.

Esos recursos se mueven en el sistema bancario, por lo que urgió a los gobiernos de Estados Unidos, México y Centroamérica a realizar una acción coordinada que permita detectar las transferencias que realizan las familias a los delincuentes, mismas que califico como capitales de la muerte y flujos de sangre y dolor.

Por lo que hace a las nuevas rutas, expuso que los migrantes viajan por mar hasta Oaxaca y de ahí avanzan hacia Guerrero y Michoacán. Como ya no se les permite abordar el tren, también caminan de manera paralela a la vía del ferrocarril, y eso está generando que grupos de delincuentes los asalten o violen a las mujeres