La arrogancia
hace a los escritores intentar contar la historia de la humanidad, dice
fábula apocalíptica
Miércoles 7 de octubre de 2015, p. 7
Madrid.
El escritor indio Salman Rushdie reconoce que es la arrogancia
de los escritores lo que les hace intentar contar la historia de la humanidad. Ya sea en un libro o en varios, la intención es llevar a palabras y a una trama novelada esa línea infinita e inabordable
.
Eso es precisamente lo que intentó hacer en su nueva novela, Dos años, ocho meses y veintiocho noches (Seix Barral), escrita como una especie de fábula apocalíptica
en la que se intercalan los géneros y reflexiona sobre algunos de los temas que más le han preocupado, como la sinrazón de los fanatismos religiosos o la creación como piedra de salvación del hombre.
Rushdie, nacido en Bombay en 1947 y residente en Londres desde 1961, cuando tan sólo tenía 14 años, tiene como una de sus principales fuentes de inspiración la historia y el colorido popular de su país natal. De hecho, uno de sus libros más celebrados, Hijos de la medianoche, publicado en 1981, lo aupó para convertirse en un autor de referencia, con voz propia y singular. Pero fue con la publicación de Los versos satánicos, en 1989, que el nombre de Rushdie dio la vuelta al mundo a su pesar, ya que los islamitas integristas lo amenazaron de muerte por el supuesto ataque al islam que vieron en su novela.
La nueva novela de Rushdie, la 13 desde su primera publicación literaria, Grimus, se presentó en su versión en español en Madrid, donde además recibió la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes, en reconocimiento a su bagaje literario y a su infatigable lucha contra el fanatismo y la violencia.
Durante la presentación de Dos años, ocho meses y veintiocho noches, Rushdie reconoció que su intención era hacer una especie de antología de cuentos, como en Las mil y una noches, para recorrer la historia trágica y mágica de la humanidad, para lo que lo mismo se inspiró en el filósofo Averroes, en el pintor español Goya, en el cineasta Luis Buñuel o en las fábulas de la cultura popular árabe. Es una especie de fábula apocalíptica sobre el mundo, en el que se constata la lucha entre la fe y la razón, la filosofía y el fanatismo
, explicó el novelista y ensayista.
Durante la rueda de prensa, Rushdie también se refirió a los actos de destrucción del patrimonio cultural de la humanidad llevados a cabo por el extremismo islámico, sobre todo en Siria, donde derribaron recientemente las ruinas de Palmira.
A los fanáticos no les ha gustado nunca la cultura. Ahora mismo eso pasa con el Estado Islámico, pero a lo largo de la historia también ha pasado; en la Inglaterra del siglo XVII se quemaban libros y se cerraban los teatros. Hay una cita de algún escritor que dice que el lema del puritanismo es el miedo a que alguien pueda ser feliz. Y frente al puritanismo el placer por la lectura, el teatro o la danza se convierte en un acto revolucionario
.
Detalló las referencias en su nueva novela a la historia y cultura españolas, como su honda admiración por Francisco de Goya. Es un artista muy importante, porque, cuando razón y fantasía se separan, producen monstruos, pero cuando se combinan producen maravillas, y son las madres de las artes. No intento decir que lo uno sea bueno y lo otro malo; ni que lo irracional sea malo y lo racional bueno, sino que juntos son algo maravilloso. Y, en realidad, ése es el espíritu del libro
.