a revista The Economist publicó recientemente un amplio reporte sobre la comunidad latina en Estados Unidos. Su crecimiento, aportación al desarrollo económico y el peso que su voto ha adquirido en las elecciones de ese país.
Es plausible que una revista como The Economist dé cuenta de la importancia de la comunidad latina, particularmente la de origen mexicano, en el contexto social, económico y cultural de una nación que históricamente se ha renovado y beneficiado de las olas migratorias provenientes de diferentes partes del planeta.
Con base en información de la organización PEW y la oficina del Censo de Estados Unidos, el reportaje señala que en 1950 las personas de origen latino (se usan indistintamente los términos hispanos y latinos) eran aproximadamente 3 millones, y en la actualidad suman 57 millones. De acuerdo con la misma información estadística se calcula que para mediados de este siglo llegarán a 106 millones. A criterio de los autores, la población latina ha logrado que la Unión Americana sea un país más joven. La edad media de los anglosajones es 41 años y la de los latinos de 28.
El reportaje da cuenta de diversos aspectos que conforman la presencia de la población de origen latinos en Estados Unidos. En el contexto económico pondera el efecto de su mano de obra en todos los campos de la actividad económica, particularmente en la agricultura, los servicios y el comercio. En este último aspecto cita a un ejecutivo de la cadena NBC- Universal, que calcula el poder de compra de la comunidad de origen latino en aproximadamente un trillón de dólares. Tal vez algo más significativo es el contexto en el que se publica: las precampañas para las elecciones presidenciales de 2016. Al respecto, destaca la importancia que en los años recientes han cobrado los electores de esta minoría.
Cabe recordar que uno de los detonadores del activismo electoral entre los latinos fue la propuesta 187, que en los años 80 el inefable gobernador Pete Wilson encabezó para negar todo tipo de servicios a la población indocumentada en California. A partir de ese año, la conciencia sobre la importancia de participar políticamente ha crecido exponencialmente entre los ciudadanos de origen latino. Falta mucho para vencer su apatía en las urnas, pero vale decir que en cada elección aumenta su presencia en el panorama político. Un ejemplo de ello es la cerrada disputa por la alcaldía en la ciudad de Chicago. Una de las personas más avezadas en cuestiones políticas y cercanas al presidente Obama, el actual alcalde de esa ciudad, Ralph Emmanuel, está empatado en los sondeos de preferencia con Chuy García, cuyo origen es el estado de Jalisco.
Implícito en el reportaje hay una llamada de atención a los precandidatos republicanos a la presidencia sobre la creciente importancia de los latinos entre el electorado. Es necesario que entiendan y atiendan las necesidades de esa comunidad, particularmente en una reforma migratoria, a la que los legisladores republicanos se han opuesto con tanto ahínco.
Por la salud de la prensa esperamos el pronto regreso de Carmen Aristegui.