La Red Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir envió una carta al papa Francisco por los dos años de su pontificado, en la cual señalan que existen grandes contradicciones en su ministerio en relación con las mujeres, la diversidad sexual, el aborto y la pederastia clerical.

Aunque en la misiva le agradecen su empeño por transformar el discurso, las formas y la figura papal; por promover la restructuración de la curia, cambiar el perfil del próximo cónclave, enfrentar la corrupción y la opacidad de la banca vaticana, exponen que en la inclusión de las mujeres ha sido más discurso que hechos.

Sobre la importancia de una mayor presencia de las mujeres en los espacios de decisión eclesiales, el Papa ha declarado que un mundo que las margina es un mundo estéril. Sin embargo, continúa cerrando las puertas al sacerdocio de las mujeres, e incluso al diaconado femenino.

Sobre la pederastia, reconocen que aunque creó la comisión para la tutela de los menores, no está cumpliendo con las recomendaciones que el Comité de Expertos de la Convención de los Derechos del Niño hizo al Vaticano en 2014 para instrumentar los cambios en la estructura eclesial y en el Código de Derecho Canónico y eliminar el encubrimiento de los crímenes, para que se atienda a las víctimas, se proteja a niñas y niños, y se castigue a los culpables de este atroz crimen.

Además nos inquieta que después de afirmar que no se podrá dar prioridad a ningún tipo de consideración, de la naturaleza que sea, como, por ejemplo, el deseo de evitar el escándalo, se siguen nombrando ministros y obispos involucrados en el encubrimiento de sacerdotes pederastas dentro de la Iglesia católica, en posiciones de alto nivel en la estructura eclesiástica”.

La red reconoció su vocación dialogante al lanzar consultas para identificar los principales desafíos pastorales en relación con las familias y al mediar en los conflictos internacionales, e indicó que en torno a la homosexualidad, “fue gratamente sorprendente que declarara ‘¿Y quién soy yo para juzgar a los gays?’”.

Por ello, “esperaríamos que se plasmara en transformaciones en la normatividad eclesiástica y en un cambio de la política institucional para que las autoridades eclesiales dejen de obstaculizar leyes que reconocen los derechos humanos de la comunidad lésbico, gay, bisexual, transexual, travesti, transgénero e intersexual y los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y jóvenes".

Destaca que pese a que la postura oficial de la Iglesia institucional sobre el aborto no ha variado, sin duda usted le ha dado un tratamiento distinto al tema al expresar una seria autocrítica al indicar que el aborto se presenta como una rápida solución a profundas angustias, particularmente cuando la vida que crece en ellas ha surgido como producto de una violación o en un contexto de extrema pobreza.

No obstante, paradójicamente usted ha señalado que la Iglesia seguirá oponiéndose a esta práctica, con ello las católicas que abortan seguirán siendo discriminadas y se sentirán alejadas de su Iglesia.