Aunque ganó, deseaba noquear a Santos
Martes 10 de marzo de 2015, p. a11
Un día antes del combate, el tapatío Ábner Mares empezó a sentir síntomas de resfriado, enfermedad menor, pero que sobre el cuadrilátero puede costar la derrota. Lo resintió, asegura, porque la noche del sábado 7 de marzo venció a su rival Arturo Santos, pero no pudo hacerlo de manera contundente.
Percibió que los golpes que lanzaba carecían de vigor, que por más que lo conectara no hacían daño. Al final ganó por decisión unánime, pero no pudo evitar la frustración de que los golpes que exhibió esa noche carecían de fuerza y, por tanto, no pudo dar la actuación planeada en el MGM Grand, aunque repite para darse ánimos: Una victoria es una victoria, al final de cuentas
.
Ábner recuerda que en su equipo le preguntaron con insistencia si se sentía bien. Siempre respondió que sí, que no había problema, para no alarmarlos, pero por dentro estaba preocupado de que el resfriado pudiera restarle eficacia y le complicara la pelea.
En un campamento con tiempo antes al combate, se puede hacer una pausa un par de días para descansar, pero a nosotros nos tomó esto de forma repentina, no hubo manera de hacer nada
, explica vía telefónica desde Los Ángeles. La voz aún se le escucha destemplada y tose cada tanto.
Me quedó un poco de amargura porque no fue la pelea que quería, pero no puedo quedarme atorado en esto
, agrega.
Para sacudirse ese mal sabor, Ábner mejor se concentra en los nombres de su próximo combate, pues se propone al campeón supergallo Leo Santa Cruz o al monarca pluma Jhonny González. Yo me inclinaría por Jhonny
, admite Ábner, al recordar que éste, además de arrebatarle el título y lo invicto, lo dejó noqueado de forma dramática en la lona. Lo de nosotros dos es algo personal
.