Con un llamado a inversionistas y empresarios a aprovechar las oportunidades que abren las reformas estructurales, el presidente Enrique Peña Nieto aseguró: México se está fortaleciendo internamente.

Lo ha hecho al modernizar su andamiaje legal por el cual propicia nuevas oportunidades para impulsar su crecimiento económico, así como la competitividad y la dinámica productiva.

En la clausura del Consejo Nacional de Banorte, institución financiera definida por él como orgullosamente mexicana y ejemplo de la solidez del sistema bancario nacional, el jefe del Ejecutivo insistió: la transformación económica en curso tiene el objetivo de hacer de México un país más productivo.

Hoy se dispone de nuevas condiciones y éstas deben usarse para crecer más, generar mejores empleos y elevar la calidad de vida de las familias mexicanas.

Ante los ex presidentes Alan García, de Perú; Felipe González, de España; Sebastián Piñera, de Chile, y Ernesto Zedillo, de México, el mandatario habló de la necesidad de elevar la productividad del país como elemento esencial para el desarrollo.

Esto, subrayó, se convirtió en imperativo ante el diagnóstico con el cual se encontró su administración: insuficiente crecimiento en los últimos 30 años con un promedio anual de 2.4 por ciento debido, entre otros factores, al estancamiento e incluso contracción, de la productividad de la economía en su conjunto y muy evidente en los estados menos desarrollados y en diversos sectores, sobre todo en negocios informales.

Habló entonces de tres decisiones estratégicas adoptadas en su gestión para revertir tal estado de cosas: ubicar la productividad como centro de la política económica nacional, conformar una alianza nacional en torno a la misma e impulsar una agenda de reformas estructurales cuyo propósito central consiste en hacer más productivo al país.

Peña Nieto calificó entonces de alentador el avance de México en mediciones como el Doing Business 2015 del Banco Mundial, donde el país subió cuatro puestos en el índice de facilidad para hacer negocios y ocupa ya la posición 12 entre 189 naciones en cuanto a agilidad para obtener un crédito.

Además, citó el índice global de productividad laboral de la economía –elaborado por el Inegi y la Secretaría del Trabajo– donde para el segundo trimestre de este año se registró una mejora marginal de 2.2 por ciento respecto del mismo periodo de 2013.

El impulso a la productividad, indicó, quedará como una obligación transexenal, pues en otras naciones desarrolladas, aquella ha sido el resultado de esfuerzos acumulados en el tiempo, y si queremos que México sea una de ellas, los esfuerzos nacionales deben sostenerse más allá de una administración.

Finalmente, aseguró que Banorte ha contado y seguirá contando con amplio respaldo del gobierno de la República.