Moscú.

En abierto desafío al gobierno de Ucrania, que considera ilegal cualquier votación que no se ajuste a los términos de la frágil tregua pactada en Minsk, el pasado 5 de septiembre, pero con el decidido respaldo de Rusia, que busca legitimar en las urnas a los líderes de la opción separatista, se llevaron a cabo este domingo elecciones en el tercio de las regiones de Donietsk y Lugansk bajo control de las milicias secesionistas en el este de Ucrania.

Los resultados ya disponibles, tras unos comicios que añaden más encono a la confrontación, nada van a cambiar para mejor en este conflicto.

Aleksandr Zajarchenko, el candidato apoyado por Moscú en la llamada República Popular de Donietsk, obtuvo cerca de 80 por ciento de los votos, de acuerdo con Roman Liaguin, presidente de la comisión electoral a cargo del conteo, quien informó que ahí ejerció su derecho al voto cerca de un millón de personas.

El movimiento República de Donietsk, de Zajarchenko, tendrá 65 por ciento de los escaños del Parlamento frente al 35 del otro partido en contienda, Donbas Libre.

Similar porcentaje, no inferior a 70 por ciento y con una participación de poco más de 600 mil personas, sacó Igor Plotnitsky en la llamada República Popular de Lugansk, según datos proporcionados por Serguei Koziakov, presidente de la respectiva comisión electoral. Ahí tres formaciones se disputan los 50 escaños del Legislativo.

De este modo, Rusia considera que estos líderes, que ahora tienen la legitimidad de las urnas, deben ser considerados únicos interlocutores válidos en las negociaciones con Kiev para una solución política.

Respetamos la voluntad de los habitantes del sureste de Ucrania, expresada en las urnas en unas elecciones bien organizadas y con alta asistencia. Los representantes elegidos obtuvieron un mandato para acometer tareas prácticas que permitan restablecer la normalidad en esas regiones, afirma la cancillería rusa en un comunicado difundido esta noche.

El presidente ucranio, Petro Poroshenko, espera en cambio que Rusia no reconozca esta farsa, pues se trata de una clara violación de los acuerdos de Minsk, suscritos también por un enviado oficial de Rusia.

Conciliador, Zajarchenko se mostró dispuesto a dialogar con Poroshenko y reviró que el documento de Minsk señala que podemos realizar elecciones libres; no pone ninguna fecha, ningún formato, ni dice que tiene que llevarse a cabo con base en la legislación de Ucrania.

Por su parte, Plotnitsky rechazó la acusación de que hoy se votó con metralletas apuntando a la gente. No es cierto. El propio Poroshenko llegó al poder después de un golpe de Estado, violento, sangriento e inconstitucional, respondió.

En contraste, Federica Mogherini, alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, afirmó que estos comicios son un nuevo obstáculo para la paz en Ucrania y, por consiguiente, no vamos a reconocer una votación ilegal e ilegítima.