fue víctima también
Domingo 5 de octubre de 2014, p. 31
Tras pasar tres años recluida en el penal femenil de Tepepan, Clara Tapia Herrera fue absuelta del delito de corrupción de menores, cometido por su pareja Antonio Iniestra Salas, quien fue condenado a 241 años de prisión por ese crimen y por perpetrar además secuestro, violación y homicidio, entre otros, en agravio de sus hijastros.
La sentencia contra el llamado Monstruo de Iztapalapa, dictada por el juez 64 penal, Casiano Carlos Morales García, es una de las más largas que ha emitido el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal. En el fallo se vinculaba a Tapia Herrera como cómplice del acusado, pero ayer el juzgador determinó que fue víctima y ordenó su inmediata libertad.
Según el expediente de la causa penal 245/2011, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal usó el testimonio de Clara Tapia para someterla a proceso, a pesar de que fue ella quien denunció a Iniestra Salas por el secuestro y violación de sus hijas, además del asesinato de otra de ellas y el de su nieta.
Clara Herrera conoció en 2004 al Monstruo de Iztapalapa. Iniciaron una relación y poco después él llegó a vivir con ella y sus hijos, dos mujeres y un varón, a la consejería de la escuela primaria Manuel C. Tello, desde entonces empezó a maltratarlos.
Iniestra violó a la más pequeña de las niñas a los 12 años, con quien procreó una hija. A los tres meses de nacida asesinó a la menor a golpes, mientras que a la bebé la asfixió. Clara y sus hijos fueron sometidos a explotación laboral, violencia familiar, pero cuando se llevó a sus hijas y le prohibió verlas, lo denunció.