Moscú, 20 de septiembre.

El gobierno de Kiev y los líderes separatistas de Donietsk y Lugansk se comprometieron esta madrugada a crear una franja desmilitarizada de 30 kilómetros de ancho y aceptaron replegar cada uno todo el armamento pesado 15 kilómetros a partir de las posiciones que ocupaban ayer.

Se necesitaron más de siete horas de tenso diálogo, según trascendió a la prensa, para establecer esa línea de separación en las dos regiones ucranias colindantes con Rusia.

De este modo, los negociadores comenzaron de hecho a delimitar el territorio bajo control de cada parte en Donietsk y Lugansk: 70 por ciento para Kiev y 30 por ciento para los separatistas, que incluye las capitales de esas regiones y las ciudades homónimas, dejando para más adelante, ante las posiciones antagónicas, la solución de la controversia principal que es el futuro estatus de las regiones que abogan por su independencia.

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) desplegará observadores para verificar el cumplimiento de los entendimientos, plasmados en un memorando de nueve puntos que su difundió en versión facsimilar este sábado, documento que también prohíbe utilizar cualquier tipo de armas y de realizar ataques, especifica los tipos de armas de más de 100 mm de calibre que deben ser retirados, proscribe los vuelos de aviones y helicópteros militares y obliga a quitar las minas, entre otras medidas.

El gobierno y los separatistas se comprometen a retirar del territorio de Ucrania, bajo supervisión de la OSCE, a todas las unidades armadas extranjeras y su armamento, así como a los voluntarios y los mercenarios, precisa el memorando.

Estos son los principales resultados de la nueva ronda de negociaciones con mediación de Rusia y de la OSCE, que tuvieron lugar en Minsk, Bielorrusia, dos semanas después de acordar un alto el fuego en Donietsk y Lugansk, que a duras penas se cumple por los frecuentes enfrentamientos y bombardeos en medio de acusaciones recíprocas de haber roto el pacto de no atacar al enemigo.

Firman el documento Aleksandr Zajarchenko e Igor Plotnitsky, líderes separatistas de Donietsk y Lugansk, así como el ex presidente ucranio, Leonid Kuchma, en representación del actual gobierno, Mijail Zurabov, embajador de Rusia en Ucrania, y Heidi Tagliavini, enviada de la OSCE.

Al comparecer ante los reporteros, Kuchma destacó que Kiev logró incluir el punto sobre la retirada de “las unidades armadas extranjeras…”, en tanto Zurabov matizó que, a diferencia de lo que sostiene el gobierno ucranio, en ambos lados hay combatientes extranjeros.

Para Plotnitsky, en declaraciones a las agencias noticiosas, el memorando de Minsk pone punto final. Habrá un completo alto el fuego, que nos da la oportunidad de vivir con normalidad y sentirnos seguros.

No todos los separatistas comparten su optimismo. El sector más radical, cuya figura principal es el coronel Igor Guirkin, destituido como ministro de Defensa de la República Popular de Donietsk y quien se encuentra ya en Moscú, considera traidores a los dirigentes separatistas que apoya Moscú.

Frágil tregua

El vocero oficioso de Guirkin en las redes sociales, Anatoli Nesmiyan, publicó esta tarde el siguiente comentario: En términos políticos, (el memorando de Minsk) es una derrota completa y total de la rebelión. Únicamente aplazada. En esa configuración no hay ninguna oportunidad para que Nuevarrusia (las partes bajo control de los separatistas en Donietsk y Lugansk) sobreviva sin ayuda externa.

En el otro lado, en plena campaña para las legislativas de octubre, tampoco todos están de acuerdo en lo que denominan legalizar a los separatistas mediante la concesión de un estatus especial durante tres años a algunas partes de las regiones de Donietsk y Lugansk, como propuso el presidente Petro Poroshenko en una iniciativa de ley ya aprobada por los diputados de la Rada.

Dicha ley, calificada de paso en la dirección correcta por Rusia y que incluye una amnistía para los separatistas que depongan las armas, propone celebrar elecciones el 7 de diciembre para que los habitantes de la zona especial elijan a sus gobernantes, aún no ha sido promulgada por Poroshenko.

Este domingo, cuando entren en vigor los acuerdos firmados en Minsk, se podrá ver hasta qué punto hay voluntad de afianzar la tregua. Por lo pronto, hoy el ejército realizó varios ataques de artillería sobre la ciudad de Donietsk, bastión de los separatistas, mientras las milicias siguieron realizando incursiones en un intento de expulsar del aeropuerto de esa ciudad a los militares ucranios.